Con la llegada de las fiestas, las góndolas de supermercados y panaderías se llenan de opciones para los fanáticos del pan dulce, pero no todas son lo que parecen. Un tuit de la cuenta “¿Quién lo fabrica?” encendió la polémica al exponer una distinción que muchos desconocían: la diferencia entre un pan dulce y una “masa tipo pan dulce”.
El tuit decía: “De los creadores de los productos ‘a base de’, llega ‘MASA TIPO’. ¿Sabías que hay ‘Pan Dulce’ y otros hay ‘Masa TIPO Pan Dulce’? Sería bueno que no estén mezclados en las góndolas, ¿no? Dejamos algunos ejemplos.” El mensaje acumuló cientos de interacciones y abrió un debate sobre qué estamos consumiendo realmente cuando elegimos un pan dulce.
¿Qué define a un auténtico pan dulce?
El Código Alimentario Argentino (CAA) establece en su artículo 744 los requisitos que debe cumplir un pan dulce para llevar este nombre. Entre los ingredientes básicos se incluyen:
- Harina, huevos (frescos, congelados o deshidratados), azúcares y manteca o grasas comestibles.
- Frutas confitadas, deshidratadas o frutos secos, con cantidades mínimas específicas según la variedad.
Además, debe ser amasado, fermentado y cocido al horno, garantizando un contenido de humedad máximo del 30% en la masa. Variedades como el genovés, milanés y veneciano tienen sus propias exigencias, mientras que los productos etiquetados como “masa tipo pan dulce” no están sujetos a estas regulaciones.
La confusión radica en que ambos productos suelen estar en las mismas estanterías, con precios similares pero diferencias significativas en sabor, textura y calidad. Por ejemplo, las masas tipo pan dulce pueden contener menos fruta, usar grasas más baratas en lugar de manteca y no alcanzar la humedad ni el aroma característicos del auténtico pan dulce.
Para quienes buscan disfrutar de un verdadero pan dulce, el consejo es claro: prestar atención a las etiquetas, entender los ingredientes y optar por aquellos que cumplan con lo que promete la tradición. Después de todo, en estas fiestas, la calidad también importa.