Buena noticia: es temporada alta de tomates y es el momento ideal para aprovechar su mejor versión. Ensaladas, conservas y, por qué no, una buena mermelada.
Por estos meses los tomates no solo son más sabrosos sino que cuestan bastante menos. Entonces es también el momento de probar su faceta dulce. No obstante, la mermelada se puede elaborar en cualquier momento del año y siempre quedará muy rica.
Con o sin semillas, con o sin tropezones se trata de una preparación que no falla. Además, es posible prepararla una vez al año y conservarla en frascos esterilizados o, por qué no, frizarlas. Sin embargo, hay que tener en cuenta que en la heladera es posible tenerla varias semanas e incluso meses.
¿Cómo se puede usar? Como cualquier mermelada, en tostadas o galletitas en desayunos y meriendas, pero también es muy recomendado utilizarla para agridulces, por ejemplo, como aderezo o combinada con quesos.
Qué ingredientes lleva y cómo se hace la mermelada de tomate
Ingredientes:
- 1 kg de tomates maduros.
- Azúcar. La cantidad es la mitad del peso de los tomates ya pelados y sin semillas.
- Jugo de medio limón (40/50 ml)
Preparación:
- Lavar los tomates con agua fría, hacerles una cruz en la base y sumergirlos en agua hirviendo unos 3 o 4 minutos.
- Sacarlos y cuando estén fríos, pelarlos. Tras haberlos puesto en agua caliente y aprovechando el corte en cruz esta tarea será más que sencilla.
- Hay dos maneras de dejar la fruta y depende de lo que nos guste: picarla con cuchillo y que quede con textura grumosa (tropezones) o triturarlos, logrando que resulte más homogénea.
- Cuando tengas el tomate picado o triturado, es momento de pesarlo para saber cuánto de azúcar necesitamos.
- Lo metemos en la olla y también la mitad de su peso en azúcar. Añadimos el jugo de limón.
- Comenzamos a cocinarlo a temperatura media y cuando hierva, se lo pone al mínimo. En ese fuego bajo lo mantenemos unos 40-45 minutos.
- Aunque parezca que está líquida, ese es el punto de la mermelada: al enfriarse se espesa. Si la dejamos cocinarse de más, podría quedar seca.
Una vez que se enfríe, las colocamos en frascos. ¡Es hora de disfrutar de una mermerlada distinta, casera y económica!