Ante una inflación preocupante, son muchas las familias que optan por comprar gran cantidad de alimentos para ir consumiendo a lo largo del mes, con el objetivo de adelantarse a posibles subas de precios. Sin embargo, ese acopio de alimentos muchas veces produce desperdicio, si no se guardan de forma adecuada.
Según un informe del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, cerca del 30% de los alimentos que se producen se pierden o desperdician, lo que representa alrededor de 1.300 millones de toneladas de alimentos en todo el mundo.
Se considera el desperdicio de alimentos cuando se involucra desde la venta minorista hasta los hogares y por lo general son productos de buena calidad, listos para consumir, pero que son descartados, incluso antes de estropearse.
Las causas pueden ser la falta de infraestructura (como por ejemplo la falta de lugar o equipamiento para el almacenamiento) y pérdida de la cadena de frío, ofertas de productos sin una demanda equivalente (por ejemplo ofertas “2x1″), falta de planificación a la hora de comprar, no prestar atención a las fechas de vencimiento o caducidad, o cuestiones meramente estéticas.
Es por eso que se recopilaron algunos consejos para guardar los alimentos de forma correcta y así extender al máximo la posibilidad de que sean consumidos.
Consejos para evitar desperdicio en los alimentos
- Planificación
Armá una lista de los productos que necesites y chequeá con lo que tengas en la alacena y la heladera. Así solo comprás lo necesario y evitás las compras compulsivas o innecesarias.
- Cuidado con las ofertas
Las ofertas pueden ser muy útiles si estás seguro que vas a usar todo lo que estás adquiriendo. En algunas ocasiones, los descuentos te llevan a comprar más cosas de las que realmente necesitás. Tené en cuenta que si finalmente no consumís lo que compraste y se descarta, la oferta no tuvo ningún beneficio.
- Pasar por alto los valores estéticos
Los parámetros estéticos para alimentos como las frutas y verduras suelen ser sumamente elevados y hasta ridículos, lo que conduce a que se descarten por su tamaño, forma, color, grado de madurez, golpes o partes rotas. Sin embargo, son perfectamente aptos para consumo humano y sus nutrientes están intactos.
- Calculá las porciones
Para organizar una comida, ya sea diaria u ocasional, lo primero que tenés que saber es la cantidad de comensales. A partir de ello se calcula la cantidad de porciones, los ingredientes necesarios y los utensilios. De esta forma evitás cocinar de más o de menos.
- Creatividad para crear nuevos platos
Los alimentos que sobran un día pueden ser una excelente comida para mañana y usando la creatividad cualquier resto puede convertirse en un nuevo plato. La comida que sobra puede guardarse en la heladera si se va a consumir en el plazo de 1 o 2 días o congelar si se quiere consumir más adelante.
Para guardar los alimentos en la heladera es importante utilizar envases herméticos que eviten el contacto con elementos crudos y el resecamiento por el frío.
- El freezer, un aliado
Congelar los alimentos es un método efectivo y confiable para su conservación. Se pueden congelar productos frescos o preparaciones listas pero divididas en porciones individuales, así se puede descongelar solo lo que se va a consumir.