¿Estás sufriendo en seguir esa dieta que comenzaste hace un mes? El sábado es el día ideal para darse un descanso de forzarnos con regímenes alimenticios que pueden causar más daño que bien. Cada 6 de mayo se celebra el Día Internacional Sin Dietas (International No Diet Day en inglés), un evento anual que fue creado en 1992 por Mary Evans Young, una británica que fundó una organización llamada “Diet Breakers” (Rompiendo las Dietas).
Young, que aboga por la aceptación del cuerpo y la promoción de una imagen corporal positiva, creó la fecha con la intención de fomentar la aceptación del cuerpo, sin importar la forma o el tamaño, y promover la salud y el bienestar a través de estilos de vida saludables, en lugar de dietas restrictivas y extremas. También se busca crear conciencia sobre los peligros de los trastornos alimentarios y los efectos negativos de las presiones sociales para alcanzar una imagen corporal “perfecta”.
El Día Internacional Sin Dietas se celebra con una variedad de eventos y actividades, como conferencias, talleres, ferias de salud, manifestaciones y campañas de concientización en línea. Se anima a las personas a compartir sus historias y experiencias sobre la aceptación del cuerpo y la superación de los trastornos alimentarios.
Mitos sobre las dietas
En torno a las diversas opciones dietéticas para perder peso, hay creencias erróneas y acciones que algunos toman que pueden no ser efectivas para lograr que la balanza refleje el peso que queremos. A propósito de el Día Internacional Sin Dietas, repasamos tres mitos sobre los regímenes alimenticios que es hora de derribar.
- Saltarse comidas hace la dieta más efectiva: es uno de los grandes mitos de las dietas y uno de los más peligrosos. Evitar comidas puede causar frustración, además de llevar a desórdenes alimenticios. Pero lo más probable es que simplemente te sientas más hambrientos y que, en tu próxima comida, pierdas el autocontrol, devorando todo a tu paso. Incluso, algunos estudios apuntan a que existe una relación entre la obesidad y saltarse el desayuno.
- Solo el ejercicio intenso ayuda a bajar de peso: todos conocemos la frase - “sin dolor no hay recompensa”. Esto es falso. La actividad física de baja intensidad también consume calorías. Si bien ir al gimnasio y hacer nuestra cuota de esfuerzo pueden ser buenas ideas, la la Fundación Cardíaca Británica (BHF por sus siglas en inglés) señala que actividades más cotidianas como arreglar el jardín, caminar y distintas tareas del hogar también pueden hacer una gran diferencia. La próxima vez, podés probar en caminar aquella distancia en vez de tomar un auto.
- Está prohibido picar entre comidas: también según la BHF, este es un mito que deberíamos desterrar del imaginario colectivo. Está comprobado que “picotear” ciertos alimentos entre comidas nos puede ayudar a controlar el apetito, dnado a nuestro organismo sensación de saciedad previo a la próxima ingesta principal. Por lo tanto, no hay nada de malo en comer algo ligero entre comidas aunque, claro está, la calidad nutricional influye: lo ideal es un vegetal, una fruta o un yogur bajo en grasa, entre otros tentempiés sanos a disposición.