Floppy Tesouro decidió hablar públicamente y revelar uno de los episodios más difíciles de su carrera: el acoso persistente de un hombre que la siguió durante meses, incluso mientras formaba parte del Bailando.

En una entrevista con Puro Show, la modelo se animó a detallar cómo fue atravesar esa etapa y el impacto que tuvo en su vida diaria: “Tuve que vivir un momento muy particular, muy feo, fue terrible, la pasé muy mal”, expresó.
Los mensajes que le enviaba el acosador a Floppy Tesouro
Según relató, el temor fue creciendo a medida que comprendía la gravedad de la situación: “Pero no solamente porque me dio mucho miedo, sino porque también en ese momento tomás dimensión de hasta dónde puede llegar alguien”, admitió, visiblemente afectada. Luego agregó un ejemplo que la marcó profundamente: “Me mandaba mensajes de texto poniéndome: ‘qué bueno que agarrás Libertador Camino Corto’. Y yo iba por Libertador en ese momento”.
La sensación de estar permanentemente observada terminó por afectarla profundamente. “Piel de gallina, lo llamaba a mi papá, me acuerdo que salía muy tarde y hablaba por Bluetooth con él y hasta no llegar a casa, mi papá no se quedaba tranquilo”, recordó, describiendo el nivel de angustia que vivía cada noche.
Pese a que su familia presentó denuncias ante las autoridades, nunca obtuvo una respuesta efectiva. “Fui a denunciar, pero me seguía mandando mensajes, nunca fue presencial, siempre fue por teléfono, pero el miedo es el mismo porque yo corría el riesgo de salir a la calle y que un día me cruce, no sabía qué podía pasar”, explicó.
El hostigamiento tampoco se detuvo con el paso del tiempo; por el contrario, se intensificó. “Hasta empezó a mandarme obscenidades al camarín del Bailando, yo se lo conté a Marcelo (Tinelli) fuera de cámara”, reveló.

Finalmente, esa situación llegó a su límite el día que decidió pedir ayuda puertas adentro del programa. “Y ahí fue cuando él lo dijo en vivo ese mismo día, y lo dejó de hacer”, relató, destacando el impacto que tuvo la intervención de Marcelo Tinelli y cómo la exposición pública frenó al acosador.


















