Laburos difíciles: el último maquillaje

Selene Gamero es una de las pocas tanatoesteticistas de Córdoba y se ocupa de preparar a las personas fallecidas para que luzcan bien durante los velatorios y así disminuir un poco el dolor de los allegados en la despedida final.

Laburos difíciles: el último maquillaje
Selene Gamero

Por Fabricio Esperanza.

La pérdida de un ser querido acarrea momentos dolorosos entre sus familiares y amigos, que, además del inmenso dolor, tienen que sacar fuerzas de su interior para enfrentar los pasos legales, administrativos y ceremoniales posteriores al fallecimiento: trámites, pagos, preparativos para el velorio y el destino final.

A todo ese proceso burocrático y desgastante, se suma en ocasiones el hecho de que las causas de la muerte provocan en el cuerpo secuelas visibles que afectarían la sensibilidad de los allegados, de no ser por el trabajo de los tanatoesteticistas. Ellos se ocupan de disimular u ocultar las consecuencias de enfermedades agresivas o accidentes traumáticos, además del acelerado desgaste del organismo.

Así, se minimiza la impresión que causa ver un cadáver y los familiares pueden sobrellevar mejor esos duros momentos. Selene Gamero es una joven cordobesa que se dedica a esto y también lo enseña, además de ser maquilladora integral y cosmiatra.

En una charla con Día a Día , cuenta por qué eligió esta profesión y habla del rechazo que a mucha gente le gene- ra el tomar contacto con muertos.

–¿Qué hace un tanatoesteticista?

–A través de servicios que nos solicitan familiares o bien las casas funerarias, tratamos de eliminar los signos del fallecimiento y dar naturalidad al aspecto del difunto. Se lo maquilla, se lo peina, se disimula alguna herida provocada por enfermedad o accidente. La idea es que esa persona parezca dormida, sin signos visibles de sufrimiento. Yo siempre digo que la memoria es un tesoro, y nadie quiere retener una imagen del ser querido en malas condiciones.

–¿Se manejan las técnicas y pro- ductos de maquillaje común?

–No, los productos no son los mismos. Cuando se estudia esto, el último paso es cómo maquillar un cadáver.

Antes, se estudian aspectos históricos y culturales, y también principios de bioseguridad, donde se ven los métodos y los productos: por ejemplo, son antimicóticos, y están elaborados para cumplir la función de preservación. Para trabajar tampoco usamos pincelería, sino materiales descarta- bles que se utilizan una sola vez.

–¿Cómo elegiste dedicarte a esto?

–Yo había cumplido con todas las escalas que puede tener una maquilladora integral, y en el afán de ser lo más profesional y completa posible, comencé con la tanatoestética. Y porque considero la ceremonia de despedir un familiar como algo que implica muchísimo respeto. Es una gran responsabilidad este tipo de trabajo.

–Mucha gente no puede ni ver un muerto. ¿A vos qué te genera que eso sea cotidiano?

–Trato de no pensar en eso, sino más bien qué les va a generar a los allegados lo que yo haga con mi trabajo, un trabajo que realizo en un ser querido por ellos. Creo que el trabajo de un tanatoesteticista es generoso en ese sentido. A veces lamentablemente me ha tocado trabajar con niños o adolescentes, y más allá de ser una situación dolorosa, intento concentrarme lo mejor posible.

–¿Dónde estudiaste para esto?

–En Buenos Aires, porque en ese momento aquí no estaba el curso. Pero me vine con esa inquietud, de que no podía ser que en una ciudad como Córdoba no hubiese un ámbito para estudiar eso. De manera que presenté en la Secretaría de Extensión de la UNC el proyecto en 2015, y ya estoy dictando el curso, que depende de la Facultad de Medicina, en el Hospital Clínicas. La coordinación general está a cargo de Isabel López, y es una opción que amplía los conocimientos de los agentes funerarios y de los maquilladores. Hay cupos.

–¿Dónde hacen las prácticas?

–En la morgue del Hospital de Clínicas, donde se desarrollan algunos del ítems del temario general, por ejemplo masajes cadavéricos, alteraciones generales post-mortem, o restauración cadavérica, porque a veces los motivos del fallecimiento provocan alguna deformación. Tenemos que llevarlo, a través de correctivos cosmetológicos, a las facciones que tenía antes de morir.

Mirá también: Laburos difíciles: taquígrafo de la Legislatura

Mirá también: Laburos difíciles: el amansador de caballos

Mirá también: Laburos difíciles: la lucha contra las plagas en los campos