En el ring y en la vida: tiene una escuela de boxeo para alejar a los chicos de la calle y las drogas

La escuela de Elías Nahueltripay funciona en el centro vecinal de barrio Las Violetas. Su lucha por sacar a los chicos y chicas de la calle y enseñarles el camino del deporte es enorme.

En el ring y en la vida: tiene una escuela de boxeo para alejar a los chicos de la calle y las drogas
Nahueltripay pide a la gente del barrio que se acerque al gimnasio

Por Matías Candoli.

Llega media hora antes que sus alumnos, acomoda las bolsas, ajusta las cuerdas del ring improvisado, saca los guantes, los cabezales y espera que lleguen sus pupilos al centro vecinal de barrio Las Violetas.

Elías Nahueltripay es instructor de boxeo y eligió el camino de la enseñanza para darle una mano a los chicos y a las chicas, y mostrarles la senda del deporte como alternativa. Una pelea que se da no sólo con los guantes dentro del ring sino también en la vida misma.

"El rival más peligroso en la calle son las drogas, la delincuencia. Enseño por vocación. Fui profesional y en esto, si querés llegar a algo, tenés que hacer una vida sana. Si no te cuidás, es complicado. En realidad, lo que quiero es que alcancen un nivel competitivo. Hay veces que vienen dos o tres días, se van y después los ves y andan drogados o en la calle. Trato de incentivarlos, los llevo a festivales, los hago guantear.

Pero la pelea más grande no es en el ring, es en la vida", explicó el profe cuando recibió a Día a Día en el gimnasio.

De lunes a viernes luego de las 20.30, en Otero y Aviador Locatelli, esquina clásica de Las Violetas, Elías espera que terminen las chicas que hacen zumba para armar el cuadrilátero, preparar los elementos con los que tienen que entrenar chicos y chicas que quieren aprender boxeo. Este entrenador de 34 años, nacido en Trelew, es un apasionado por la enseñanza y por ayudar, mediante el deporte, a que muchos chicos conozcan otro camino.

"Acá en el barrio es muy difícil. Por ejemplo tenía chicos que venían y que me esperaban afuera para entrenar y estaban fumando faso, porrito. Trato de hablarlos, aconsejarlos, de decirles que no vamos a llegar a ningún lado con eso. El tema de la droga en el barrio y en todos lados es complicado. Antes, cuando peleaba, esto no existía", recordó este ex boxeador amateur que llegó a tres peleas profesionales y dejó a los 24 años para estudiar la tecnicatura en entrenamiento en el Ipef.

“Quería enseñar. Hice la tecnicatura y no el profesorado porque quería una carrera ligada al entrenamiento”, agregó quien también es técnico de boxeo y trata de perfeccionarse cada vez que puede.

Su lucha no tiene descanso. Su misión tanto en el centro vecinal de Las Violetas como en San Ignacio, su barrio donde también tiene una escuelita de box, es tratar de mostrarles que el deporte les brindar oportunidades a los chicos.

"Les hablo mucho, los trato de convencer, los trabajo sicológicamente. Les digo que, si ellos quieren forjarse en esto, hacer una carrera, llegar a algo el día de mañana, primero y principal, no vamos a llegar con esto de fumar, de las drogas. Si te gustaría ser campeón el día de mañana, llegar a profesional, esto de la droga te va a impedir todo".

Seguir adelante. A pesar de todos los problemas, a Elías lo motiva su pasión por enseñar y tratar de que sus alumnos puedan dar un paso más en una carrera como la del boxeador.

"Tengo más de 30 pibes. Muy de noche, muchos no te vienen por el tema de que van a la escuela al otro día. Y competitivos son cuatro o cinco que quieren hacer una carrera. Las Violetas es un barrio donde vos decís: 'acá está el hambre de gloria'. Es un lugar donde vos podés encontrar un campeón, un valor", explicó el profesor.

Sus clases tienen como objetivo que los chicos y chicas que practican para competir o en forma recreativa se lleven algo nuevo al terminar. “El trabajo es complementario todos los días. La mayoría de ellos trabaja y se complica por el tema de los horarios; entonces hacemos días intercalados. Un día físico y escuela, otro día coordinación y guantes y así, variando. Trabajamos todos los días distintas cosas, no lo mismo. Es un incentivo como para que no se aburran”, describió.

Agradecido a la gestión de Rubén Brizuela, el encargado del centro vecinal, a Elías Nahueltripay lo persigue una ilusión: que sus dirigidos lleguen a profesionales.

Pero sabe que su tarea es difícil aunque no imposible y aclaró: "El deporte y la actividad física es fundamental. Es un rol primario para todo, te previene de todo. La salud, la actividad mental, el tema de las drogas. Esto, para los chicos, para sacarlos de donde andan, es lo mejor".

También hizo un llamado a los vecinos del barrio para que se acerquen al centro vecinal y lleven a sus hijos a practicar boxeo: "Saben cómo trabajo, trabajamos con expectativas y decirles que esto es mejor que estar afuera, en una esquina. Apuntamos a más horas en el gimnasio, más horas en el club y menos horas en la calle, en la esquina. Eso después no tiene solución, en cambio esto te lleva alejarte de la droga, de todo lo malo. Los invito para que vengan".

El profe Elías tiene en claro que su tarea no es fácil. Y que, la enseñanza de ponerse los guantes y pelear no queda ahí, en el ring o en el gimnasio. La verdadera pelea es afuera, en la vida.

“No vengo a hacerme rico ni a presionarlos para que los chicos paguen una cuota. Lo mío es que quiero sacar campeones y, si no podemos sacar campeones del mundo, latinos, argentinos, vamos a sacar campeones de la vida. Eso es lo importante. Tratar de inculcarle algo al chico para que ellos puedan salir a la sociedad con otra mentalidad”, cerró Elías.