Catamarca cierra plazos con Chile y acelera el Paso de San Francisco

La provincia se consolida como nodo logístico tras la reunión entre Dusso, Andrada y el gabinete chileno, por el corredor bioceánico.

Catamarca cierra plazos con Chile y acelera el Paso de San Francisco
Ministros trasandinos confirmaron plazos para rutas y el nuevo complejo aduanero.

Catamarca dio un paso decisivo hacia el Pacífico. En Santiago de Chile, el vicegobernador Rubén Dusso y el senador nacional Guillermo Andrada mantuvieron reuniones con ministros del país trasandino y salieron con un calendario en mano: fechas concretas para las obras viales y la organización del puesto fronterizo chileno que harán realidad el Corredor Bioceánico por el Paso de San Francisco.

El encuentro —describen fuentes oficiales— cerró tres acuerdos clave:

  1. Plazos de obra para mejorar la traza chilena que conecta con el paso cordillerano.
  2. Diseño y puesta en marcha del complejo aduanero y de control integrado del lado oeste de la frontera.
  3. Mesa técnica permanente para sincronizar normativa, logística y financiamiento entre ambos países.

Con el visto bueno de Santiago, Catamarca fortalece su ambición de convertirse en el eje logístico del norte argentino. El corredor permitirá que granos, litio, cobre y manufacturas del NOA crucen la cordillera y embarquen en los puertos del Pacífico rumbo a Asia.

Drusso indicó que “El corredor ya no es una idea: tiene cronograma, responsables y recursos comprometidos. Para Catamarca significa empleos, inversión y una puerta directa al mercado asiático.”

Las autoridades chilenas —según trascendió— remarcaron la oportunidad de dinamizar sus regiones norteñas y captar un flujo de carga que hoy baja hasta los pasos de Mendoza o atraviesa el sur brasileño.

En la ocasión, Andrada expresó: “Con la ruta clara y el puesto fronterizo en marcha, las empresas del NOA podrán planificar exportaciones con costos portuarios más bajos y tránsitos más cortos.”

Mientras los equipos técnicos afinan proyectos ejecutivos, Catamarca ajusta su infraestructura interna: tramos de ruta, parques logísticos y zonas francas que completen la cadena del Atlántico al Pacífico.

La montaña, otrora barrera, se perfila ahora como pasarela. Y el Paso de San Francisco —a 4.700 metros sobre el nivel del mar— se convierte en la bisagra geográfica y política de una región que busca su salida directa al océano más dinámico del planeta.