El Cerro La Cruz, uno de los íconos más importantes de Villa Carlos Paz, cumplió 90 años desde la inauguración de su imponente monumento, y lo celebra con un mes cargado de actividades culturales, religiosas, deportivas y recreativas.
El Municipio presentó una programación especial que comenzó este fin de semana con el ascenso nocturno al cerro.

Este domingo 6 de abril, en conmemoración del 90º aniversario, se realizó en la cima del cerro una jornada especial que incluyó una muestra fotográfica con los orígenes del monumento, una bendición religiosa, un acto protocolar y un ensamble musical, con la participación del intendente Esteban Avilés, vecinos, turistas y referentes de la comunidad religiosa. “Tenemos que disfrutar y valorar nuestra identidad y naturaleza. Los invitamos a vivir la experiencia única de nuestros ascensos nocturnos”, expresó el mandatario.
Entre las propuestas más destacadas se encuentran los ascensos nocturnos al cerro, todos los sábados desde las 18 hs, una experiencia gratuita que invita a disfrutar del paisaje, la naturaleza y la vista nocturna de la ciudad desde lo alto. La actividad es ideal para turistas y vecinos que buscan conectar con uno de los espacios más simbólicos de la ciudad. La inscripción se realiza a través del WhatsApp de la Secretaría de Turismo e Innovación, Cultura y Deporte: +54 3541 52-8822 o desde la web oficial: villacarlospaz.tur.ar.
La historia de la cruz en el cerro: un símbolo que une

El 6 de abril de 1935 fue inaugurado el monumento a La Cruz, una obra impulsada por la Comisión de vecinos de Villa del Lago, Villa Suiza y Villa Independencia, bajo la dirección del arquitecto Arrambide. Los terrenos fueron donados por Margarita Avanzato de Paz, esposa del fundador de la ciudad, y la construcción estuvo a cargo de Raimundo Pedernera y su equipo, quienes debieron trasladar materiales y agua a lomo de mula y burritos serranos.
La cruz blanca de 15 metros de altura, ubicada a 1000 msnm, fue bendecida por el obispo Ferreyra de La Rioja. La estructura lleva grabada la inscripción latina “Christus Vivit Regnat et Imperat”, que significa Cristo vive, reina e impera. Desde entonces, el cerro no solo representa una referencia religiosa, sino también un lugar de encuentro, identidad y orgullo carlospacense.