Durante años, el Chavo del 8 marcó la niñez de quienes disfrutaban las mañanas desayunando frente a sus desopilantes aventuras. Roberto Gómez Bolaño, además de darle vida al entrañable personaje principal de aquella serie, años después se encargó de develar algunos datos que pudieron pasar desapercibidos para los fanáticos pero que formaban parte de la trama del espectáculo.
En su libro “El diario del Chavo”, publicado en 1995, el actor se encarga de revelar que el nombre original del personaje que interpretaba no era “el Chavo” sino que era Rodolfo Pietro Filiberto Raffaello Guglielmi. Además, sobre el personaje cuenta que nunca pudo conocer a sus padres y que, después de escaparse de un orfanato donde vivía, llegó a la famosa vecindad. Allí vivió con una señora mayor en el departamento 8 hasta que ella murió.
No es el único personaje sobre el que develó su verdadera identidad. Quico se llamaba Federico Bardón de la Regueira. Por su parte y La Chilindrina era Espergesia Valdés. Don Ramón, por su parte, tenía el mismo nombre que en la vida real: Ramón Valdés.
La historia de doña Florinda también es más profunda de lo que parece. En uno de los capítulos se revela que su esposo murió en el mar, lo que la lleva después a tener un amor platónico con el Profesor Jirafales.
Lo cierto, es que años después de llegar a su fin, la serie sigue dando qué hablar con algunos de sus secretos mejores guardados.