El Príncipe Felipe, Duque de Edimburgo y esposo de la Reina Isabel II de Inglaterra, fallecido el 9 de abril a los 99 años, recibe sepultura este sábado en el castillo de Windsor en una íntima ceremonia familiar por las restricciones por el coronavirus.
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Con un barbijo negro que cubría su rostro, la monarca se sentó sola en la parte delantera de la capilla junto con los otros 29 miembros de su familia.
El funeral comenzó con la salida del féretro del castillo, seguido de una marcha fúnebre y un minuto de silencio en todo el país, según el Palacio de Buckingham. Después de un servicio en la Capilla de San Jorge a cargo del Decano de Windsor, el Arzobispo de Canterbury dio la bendición después de que el ataúd se depositó en la Bóveda Real. En la bóveda están enterrados Jorge IV y Guillermo IV, entre otros miembros de la Familia Real.
Luego toda la familia abandonó la capilla previa inclinación ante el altar y gaitas y trompetas dieron el último adiós a Felipe de Edimburgo.
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Antes de dar inicio a la ceremonia, hubo un minuto de silencio y un cortejo acompañó al féretro del príncipe Felipe que salió desde el patio del castillo de Windsor, la residencia real del oeste de Londres donde murió hace ocho días el marido de Isabel II, hacia la capilla de San Jorge, donde será enterrado.
La procesión, que duró ocho minutos comenzó con el traslado del féretro en un Land Rover que el príncipe ayudó a diseñar, seguido por los miembros más cercanos de la familia real, incluidos sus cuatro hijos, a pie, mientras que la reina se encuentra detrás en otro automóvil.
La reina fue recibida en la capilla de San Jorge por el decano de Windsor, el reverendo David Conner. Es la primera vez que se ve a la monarca oficialmente en público desde que anunció que Felipe murió pacíficamente el pasado viernes por la mañana.
Los miembros de la familia real caminaron detrás del ataúd mientras lo llevaban a la capilla.
El féretro fue escoltado por efectivos del Primer Batallón de la Guardia de Granaderos de la Compañía de la Reina, acompañados por el Decano de Windsor.
El estandarte personal del Duque cubrió el féretro, decorado con una corona de flores, su gorra naval y su espada. Todos los detalles y actos previstos fueron pedidos y organizados por el propio duque antes de su muerte.
Conforme con sus deseos no se pronunció ningún sermón durante el servicio real y el evento celebrará “la lealtad inquebrantable” del duque a la soberana, así como su servicio a la Nación y su “coraje”, según indicó en un comunicado el Palacio de Buckingham.
Entre los asistentes se encontraba también un pequeño coro de cuatro intérpretes que cantó piezas musicales elegidas por el duque e incluye el himno “Eternal Father, Strong to Save”, tradicionalmente asociado a los marinos.
A su vez, la Banda de la Guardia Granadera, de la que el príncipe fue coronel durante 42 años, lideró la procesión fúnebre en dirección a la capilla de San Jorge, seguidos de altos mandos del Ejército.
La atención se centró en el príncipe Harry y Guillermo, que se reunirán públicamente desde que el hermano menor se mudó a Estados Unidos junto a su esposa la actriz Meghan Markle.
La reina y la familia real comenzaron un duelo que se extenderá durante dos semanas, mientras que el Reino Unido entró hace ocho días en un luto nacional, donde las banderas están a media asta, los presentadores de televisión visten de negro y el Parlamento no puede aprobar ninguna nueva ley.