Tras casi una semana de clima frío y lluvioso en la Costa Atlántica, este fin de semana volvió a salir el sol y hubo espléndidos días de playa que provocaron una peregrinación masiva hacia las costas. En Mar del Plata, los que llegaron temprano pudieron disfrutar de la arena, pero los que se despertaron tarde o se fueron a almorzar a sus casas, tuvieron una mala noticia: el acceso a algunos balnearios estaba cerrado. Es que se había superado el límite previsto para evitar las aglomeraciones que pudieran propagar el coronavirus.
La medida se tomó este domingo por la tarde en Playa Grande y Cabo Corrientes (Varese). “Personal municipal colocó la señalización correspondiente, para que los interesados en bajar a la costa lo hagan en otras playas de la zona”, informaron desde la municipalidad.
La restricción de acceso se resolvió a las 15 y duró una hora. En Varese, por ejemplo, a las 16 se había reabierto el paso de los turistas, más allá de que los carteles seguían colocados.
Según constaron desde el diario Clarín, en Playa Grande el cierre se produjo a las 15.20 y cerca de las 17 todavía se mantenía, por ejemplo, en la bajada del balneario Bruto.
Al llegar y encontrar el cartel de restricción, algunos turistas se enojaban y otros -entre resignados y entendiendo el motivo de la medida- buscaban algún acceso cercano que estuviera abierto para llegar a tomar unos mates cerca del mar. Había pocos lugares. El criterio para determinar si se llegó o no al tope de ingresos está a cargo del coordinador a cargo y es discrecional, porque hay días que hay marea alta y otros marea baja.
La medida de cerrar las playas cuando se excede la cantidad de personas entró en vigencia desde el comienzo de la temporada, pero ahora se sumó la cartelería que indica: “Playa completa. Capacidad máxima alcanzada”. Este domingo se utilizó por primera vez.
Además, durante el fin de semana hubo operativos en los 7 accesos a Playa Grande. Según informó el municipio, se instalaron puestos en los que se verificó que no se ingrese al espacio público de la playa con bebidas alcohólicas, ni equipos de amplificación acústica. “Se impidió el ingreso de 120 litros de bebidas con alcohol a la playa y se procedió al secuestro de 50 litros de bebidas alcohólicas. Y se secuestraron 4 parlantes”, detalló en un comunicado.
Una concejal presentó un proyecto para crear una bandera que advierta al turista cuando la playa esté al límite de su capacidad. La iniciativa tiene como antecedente lo que ya sucede en las playas de Uruguay, donde este verano se implementó una nueva señal de advertencia. La ciudad cuenta con antecedentes sobre la comunicación de riesgos en playas desde 2014, cuando se implementó la bandera de seguridad en las playas con el objeto de alertar la probabilidad de tormentas con actividad eléctrica.