Gracias al trabajo de los equipos de servicios de emergencia, una mujer -identificada como Nadie Revanale, de 23 años- que estuvo atrapada durante dos días fue rescatada con vida de entre los escombros de un supermercado donde trabajaba.
Los vecinos oyeron sus gritos y dieron aviso a los rescatistas, que tardaron cuatro horas en sacarla de entre los escombros producto del terremoto que sacudió a Indonesia.
"Primero usamos las manos para apartar los escombros, después martillos, cinceles y máquinas para retirar los trozos lentamente", dijo Marcos Eric, uno de los voluntarios, quien agregó: "Llevó muchas horas, pero ha funcionado y esta persona ha sido localizada con vida".
Hasta el momento, la cifra oficial de muertos por el sismo en la isla Lombok asciende a por lo menos 142 personas.
Inicialmente, la Agencia Meteorológica, Climatológica y Geofísica de Indonesia había establecido la magnitud del nuevo terremoto, que se produjo a las 19:46 del domingo, en 7,0, pero más tarde la corrigió a 6,9. El epicentro se ubicó a unos 18 kilómetros al noroeste del distrito de Lombok Oriental y el hipocentro se localizó a una profundidad de unos 15 kilómetros.
Los mayores daños se registraron en la costa norte de Lombok. El sismo también afectó fuertemente a la capital, Mataram. El sur y el oeste, donde la mayoría de los extranjeros pasan sus vacaciones, resultaron menos afectados.
Por temor a nuevos temblores, muchas personas pasaron la noche a la intemperie, en muchos casos sin luz porque el terremoto también había cortado numerosas líneas de alta tensión. Muchas escuelas permanecieron cerradas porque no se sabe si los edificios son seguros.
Cientos de turistas fueron evacuados en barcos de las islas Gili y llevados a Lombok, desde donde la mayoría quiere retornar en avión a sus países. El Ministerio de Relaciones Exteriores en París informó que entre los heridos en Lombok hay cuatro franceses.
El terremoto también se sintió en Bali, donde muchos turistas salieron corriendo de sus hoteles presa del pánico. Según medios indonesios, en Bali resultaron dañados el edificio del aeropuerto internacional Ngurah Rai, que sin embargo no tuvo que suspender sus operaciones, así como dos centros comerciales en la ciudad de Ubud, en el interior de la isla.