El papa Francisco decidió que el cáliz usado en la "misa por la unidad y la paz" que se celebró el pasado 8 de diciembre en Luján, con la asistencia de Alberto Fernández y Mauricio Macri, quede expuesto de manera permanente en la basílica de Luján, la virgen patrona de la Argentina.
El pontífice, que había recibido el cáliz en el Vaticano de manos de la primera dama Fabiola Yañez el 13 de diciembre, decidió que quede como recordatorio del "diálogo y la unidad" en el santuario de Luján, donde se realizó la misa a la que asistieron Fernández y Macri, acompañados por sus parejas, así como sus colaboradores.
De esta manera, Jorge Bergoglio le entregó el cáliz en mano al presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), el obispo de San Isidro, Oscar Ojea, durante una reunión que tuvieron en la residencia de Casa Santa Marta la segunda semana de enero.
Convocada por la Iglesia el día de la Inmaculada Concepción, la misa en Luján se celebró dos días antes del traspaso de mando de Macri a Fernández y fue presidida por monseñor Ojea, mientras que la homilía estuvo a cargo de monseñor Jorge Eduardo Scheinig, arzobispo de Mercedes.
La celebración se realizó en un clima de cordialidad entre los mandatarios y los funcionarios entrantes y salientes.
"No somos ingenuos, no creemos que una celebración sea la solución de los problemas, pero estamos seguros de que este gesto que estamos realizando juntos, habla por sí mismo, y deseamos que en estos días históricos y con la ayuda de lo Alto, se convierta en una puerta para entrar en esta nueva etapa, con sinceros anhelos de unidad y de paz", había manifestado Scheinig en esa oportunidad.