Georgina Mollo fue una de las revelaciones que hace 25 años formó parte del elenco de Chiquititas, la serie infantil que revolucionó a la televisión argentina. Tenía 11 cuando se presentó al último casting y le confirmaron que iba a ser una de las huérfanas del Hogar Rincón de Luz. Tiempo después participó de Rebelde Way.
Ahora, con 36, la joven le contó a TN Show qué fue de su vida después de su papel de Luna Fernández en Rebelde Way. Se puso a estudiar diseño de indumentaria en la UBA y aunque le faltaron cuatro materias para recibirse le fue muy bien en la profesión.
"Cuando dejé de ir a la facultad empecé con mi marca de carteras y le dediqué mucho tiempo. Ahora hago ropa para chicos. Expongo en ferias y vendo por mayor. Eso me permite manejar mis tiempos y darle prioridad a la crianza de mis hijos. Soy una mamá bastante presente y siento la responsabilidad de estar en todo", indicó.
A pesar del rumbo que tomó luego de su éxito televisivo, ella tiene ganas de volver a actuar. Aseguró que después de estar tanto tiempo expuesta se sintió muy cómoda en el anonimato, el recuerdo de todo lo vivido le despertó interés.
Los años pasaron, pero su nombre y su rostro siguen en la memoria de todos aquellos que se criaron viendo Chiquititas cuando volvían de la escuela. Su llegada a la novela fue obra del destino: "Me presenté a un casting en el que tenía que ir mi hermana, pero como llovía mucho se enojó y para no quedar mal con la agencia la reemplacé. Terminé quedando".