Pese a los millones que ganó en su carrera como futbolista, Gabriel Batistuta tiene la particularidad de no hacerles regalos ostentosos a sus hijos. Por caso, ni siquiera les dio un auto. Y no se trata de amarrete, sino que la explicación es mucho más profunda.
Thiago, Lucas, Joaquín y Shamel, todos nacidos en Italia, son los cuatro chicos de Bati. "Tranquilamente podría regalarles un auto a cada uno, pero no le serviría de mucho porque no sé cuánto les duraría la felicidad", comenzó diciendo el ex goleador de la Selección en una entrevista con Radio 10 de Reconquista.
"Si van manejando un auto lindo y por ahí la gente los mira, interiormente sabrían que eso no es de ellos. Distinto sería si manejan un coche por ahí más feito, pero que se compraron ellos", analizó y agregó que lo importante es dejarles una enseñanza: que los chicos se ganen lo que tienen.
En ese sentido, valoró que uno de sus hijos, Joaquín, trabaje en una fotocopiadora. "Puede resultar llamativo que trabaje en ese lugar, la gente tiende a juzgar, pero lo que quiero regalarles a mis hijos es dignidad", sostuvo y agregó que igualmente los jóvenes continúan con sus estudios, además de trabajar.
El ex futbolista estuvo en su ciudad natal trabajando con el director de la película sobre su vida que está filmando.