En el último tiempo la palabra kintsukuroi comenzó a tomar protagonismo. En nuestro país, fue noticia después de que Thelma Fardin se la tatuara en la espalda. El término refiere a una filosofía japonesa que plantea que las roturas y reparaciones forman parte de la historia de un objeto y que deben mostrarse en lugar de ocultarse. Además, alienta a crear algo más bello desde aquella rotura, poniendo de manifiesto su transformación e historia. Su significado literal es "reparación con oro".
En su libro, "Kintsukuroi, el arte de curar heridas emocionales" (Planeta), el español Tomás Navarro trasladó este gesto de la cultura tradicional nipona al mundo de la psicología, como método para alcanzar la felicidad o, como él prefiere decir, el bienestar emocional.
"El kintsugi es un ejemplo artístico de cómo es posible reconstruir tu vida después de una frustración emocional difícil y servirnos de la experiencia para avanzar en la vida", explica Navarro.
En esta línea, propuso un desafío de 6 pasos a cumplir para lograr este cometido. Lo que debés hacer es:
1. Si te caíste, levantate y volvé a intentarlo
"La cerámica y la vida pueden romperse en mil pedazos pero no por ello tenemos que dejar de vivir intensamente la vida, de trabajarla intensamente y de depositar en ella todas nuestras esperanzas e ilusiones. Lejos de evitar vivir, debemos aprender a recomponernos después de una adversidad", asegura Navarro.
2. Identificá tu situación
"Redefinir un problema es adoptar un nuevo punto de vista", remarca el psicólogo español. Y explica que la clave está en analizar la situación, sin filtros. Tomar distancia y observar lo ocurrido de forma objetiva puede ser de mucha ayuda y brindarnos una perspectiva diferente que nos ayude a entender mejor la situación.
3. Los errores son grandes maestros
No siempre las cosas salen como deseamos. Desde que nacemos aprendemos a enfrentar situaciones inesperadas que nos enseñan alguna lección para que, más adelante, no volvamos a tropezar con la misma piedra.
4. Entrená tus emociones
Al igual que sucede con los músculos del cuerpo, fortalecer nuestras emociones es la forma más efectiva de ganar fuerzas para reconstruir los pedazos rotos de nuestra vida. Hacerle frente a la situación, en lugar de negarla o huír de ella; aceptar y perdonar, son claves para poder seguir adelante.
5. Reconstruíte
En este punto, Navarro remarca la entre "reparar y reconstruir". Para él, la reconstrucción necesita más tiempo y trabajo. "Las heridas de la vida se pueden sanar igual que una tetera de porcelana rota", ilustra el psicólogo. De esta manera, hace hincapié en la importancia de hablar, de poder exteriorizar aquellas situaciones que nos duelen.
6. Es hora de sanar las heridas
Una cicatriz se puede ver de dos maneras, una pesimista y la otra optimista. Navarro propone que en lugar de verla como el recuerdo de algo malo que nos pasó, la miremos como algo que logró hacernos más fuertes. En lugar de avergonzarnos y esconderla, es importante mostrarla como signo de valentía, con el fin de contagiar a los demás.
Lo positivo es que existe una capacidad humana que nos será de gran ayuda para llevar a cabo este método y es la resiliencia, que es la capacidad de asumir con flexibilidad las crisis o situaciones traumáticas y sobreponerse, saliento fortalecidos de ellas.
Ahora bien, llevar adelante con éxito esta propuesta no significa que vayamos a ser felices todo el tiempo. Según Navarro, buscar pequeñas alegrías es mejor que una gran felicidad. "La felicidad, por definición, es efímera, ya que si fuera un estado perenne, dejaríamos de comer, de amar, de hacer cosas, hasta morir por su perversa consecuencia saciadora", remarca el autor. Por eso, es clave disfrutar de cada logro, por más pequeño que sea, así como de las oportunidades que vayan surgiendo y celebrar cada día la vida.