Una persona manipuladora es alguien que busca controlar, alterar y distorsionar los comportamientos o percepciones de los demás. Su habilidad para hacerlo es notablemente sutil y eficaz, lo que hace que sean difíciles de identificar debido a su destreza en las interacciones sociales. Sin embargo, la psicología identificó varios rasgos y comportamientos que pueden servir como señales.
Señales de una persona manipuladora
Según el blog Más vida psicólogos Benalmadena, identifican una serie de características que tienen las personas manipuladoras:
- Generan dudas: Afectan la confianza de los demás para ganar poder sobre ellos.
- Identifican y explotan debilidades: Son expertos en descubrir las debilidades ajenas y usarlas como armas para herir, lo que les facilita manipular a los demás.
- Aprovechan la bondad y usan la culpabilidad: Utilizan la culpa para ejercer mayor autoridad y lograr que los demás actúen de determinada manera. Generalmente, no asumen la culpa de sus acciones y la proyectan en los demás, a menudo mediante el victimismo.
- Carecen de empatía: No se ponen en el lugar de los demás, sino que los ven como medios para alcanzar sus propios fines.
- Necesitan controlar todo: Se sienten aliviados cuando saben cómo actuar y qué esperar de los demás, y se estresan cuando algo está fuera de su control.
- Fingen ignorancia: Hacen esto para confundir a los demás y hacer que duden de lo que conocen del resto.
Cómo actuar frente a personas manipuladoras
El blog detalla qué hay que hacer frente a personas manipuladoras:
- Tomar conciencia: Es importante reconocer que existen derechos fundamentales que, si no se pueden ejercer en ciertas relaciones, pueden indicar manipulación. Entre ellos. el derecho a ser tratado con respeto.
- Observar su comportamiento con distintas personas: Las personas manipuladoras suelen comportarse de manera diferente con cada individuo y emplear diversas tácticas de manipulación. Observar estos patrones puede ayudar a identificarlas más fácilmente.
- Mantener firmeza en las decisiones y aprender a decir “no”: Es crucial establecer claramente los límites personales y comunicar lo que no se está dispuesto a aceptar. La firmeza en la toma de decisiones ayuda a protegerse de la manipulación.
- Mantener distancia: Tomar la decisión de alejarse de la persona manipuladora es fundamental. Si el alejamiento físico no es posible, es importante establecer límites emocionales y mantener una distancia psicológica.
- Tomarse el tiempo necesario: Las personas manipuladoras a menudo presionan para obtener respuestas inmediatas y así evitar que se reflexione adecuadamente. Resistirse a esta presión y tomarse el tiempo necesario para pensar es una estrategia efectiva para no acceder a sus demandas.