Si bien antes del mediodía era fuertes las versiones que se inclinaban por al negativa de Santa Fe de firmar el pacto fiscal que tenía la adhesión de la mayoría de las provincias, luego se supo que Lifschitz decidió aceptar el convenio que solo tuvo la resistencia de San Luis.
Para lograr la rubrica del mandatario santafesino, el gobierno de Macri tuvo que acordar una serie de planteos, que a priori parecían irrenunciables.
Uno de los puntos en los que Nación tuvo que ceder, es en la necesidad de establecer un esquema de pago de la deuda histórica de coparticipación, además de definir el monto total a liquidar -cifra que Santa Fe calcula en unos 50 mil millones de pesos- antes del 32 de marzo de 2018.
Con fallo de la Corte avalando el reclamo santafesino, otros distritos que no habían recurrido al máximo tribunal pero que también pedían su tajada recibieron de parte de la Casa Rosada una certeza: un bono en compensación, para saldar en dos cuotas la deuda con cada uno.
Nación incluyó además el financiamiento del déficit de las cajas previsionales no transferidas (entre ellas Santa Fe) y aceptó coparticipar la recaudación del Revalúo Impositivo.
Junto a otros mandatarios, Lifschitz pidió agregar un plus a la iniciativa oficial de actualizar las jubilaciones por inflación, algo que el macrismo también aceptó.