¿Fría o caliente? Cuál es la mejor manera de hervir los alimentos y que el agua tenga sabor

Una discusión insólita pero muy real se instaló en las redes: ¿hay que arrancar la cocción con agua fría o con agua caliente?

¿Fría o caliente? Cuál es la mejor manera de hervir los alimentos y que el agua tenga sabor
¿Fría o caliente? Cuál es la mejor manera de hervir los alimentos y que el agua tenga sabor

El debate arrancó luego de la entrevista a Paulina Cocina en Perros de la Calle (Urbana Play), cuando le preguntaron cuál era la mejor opción para hervir los alimentos y ella respondió que no lo sabía. A partir de ahí, en X (ex Twitter) explotaron los comentarios: desde quienes criticaron su experiencia hasta quienes defendieron que no todo cocinero tiene por qué saber cada detalle técnico. Pero la polémica terminó cuando un divulgador gastronómico explicó, con precisión científica, qué conviene en cada caso.

La clave está en entender qué pasa químicamente cuando los alimentos entran en contacto con agua fría o hirviendo. “Si empezás en frío, extraés sabor; si empezás en caliente, lo conservás”, sintetizó. Esa frase, simple pero categórica, terminó convirtiéndose en la forma más clara de resolver una duda eterna que todos teníamos y pocos sabían contestar.

Qué dice la ciencia sobre cocinar los alimentos desde el agua fría

Cuando los alimentos entran en agua fría y esta sube lentamente de temperatura, ocurre un proceso de extracción. Las proteínas no coagulan de golpe, los solutos se liberan y gran parte del sabor se va directo al agua.

El tweet que comenzó la polémica.
El tweet que comenzó la polémica.

Por eso se recomienda para preparaciones donde lo que importa es el líquido: caldos, fondos, legumbres que necesitan hidratarse parejo o papas enteras que buscás que se cocinen de forma uniforme. En todos esos casos, arrancar en frío juega a favor.

Qué pasa cuando se cocinan los alimentos ya con el agua hirviendo

Cuando los alimentos entran en agua caliente, el efecto es el contrario. Las proteínas se desnaturalizan de inmediato, formando una barrera que protege el sabor y reduce la pérdida de nutrientes. Es ideal para verduras verdes (que mantienen su color vibrante), pastas, huevos duros y carnes que se quieren blanquear sin que pierdan jugos.

La respuesta definitiva.
La respuesta definitiva.

En definitiva, no existe una única respuesta correcta, sino una lógica clara: frío para extraer, caliente para conservar. Con esa fórmula simple, el debate que agitó las redes finalmente encontró un cierre, y ahora sí, nadie puede decir que no sabe qué agua usar.