El helado es uno de los postres más tradicionales y favoritos de los argentinos. Existen de innumerables sabores y precios, aptos para todos los bolsillos. Además, hay recetas para prepararlos de forma casera, que se adaptan a todo tipo de dietas.
El 12 de abril se celebra el Día Internacional del Helado, una fecha que rinde homenaje a este clásico universal. En este contexto, se conocieron algunas de las tendencias de consumo de helado en Argentina, revelando los sabores favoritos de los argentinos y qué nuevas preferencias empiezan a destacar en el país.
¿Cuáles son los gustos de helado favoritos de los argentinos?
Según los datos relevados por PedidosYa, el helado sigue siendo uno de los productos más pedidos a través de la plataforma. En 2024, la mayor cantidad de pedidos se realizaron los domingos, y el horario en el que más se tientan los argentinos son las 22 horas.

Entre los sabores preferidos, los clásicos siguen liderando:
- Chocolate (y variantes, con almendras y granizado)
- Dulce de leche (y variantes, granizado o con dulce de leche)
- Vainilla
Sin embargo, emergen otras opciones menos tradicionales en el ranking, como crema con galletitas de chocolate, ananá, pistacho, frambuesa o maracuyá, que demuestran que el paladar de los argentinos también se anima a explorar.
¿Cuáles son las ciudades que se destacan entre las que más piden helados en PedidosYa? El Top 5 lo lidera Buenos Aires, seguida por Rosario, Córdoba, Mar del Plata y La Plata.
Otra elección que divide pasiones es la del tipo de helado. ¿El artesanal de heladería o el industrial de kiosco o supermercado? En Argentina, la tendencia se inclina hacia los tradicionales, aunque ambas opciones tienen su público fiel.
¿Cómo se creó el helado y quién lo inventó?
El helado tiene raíces milenarias: los primeros registros provienen de China, alrededor del 2000 a.C., donde ya se disfrutaban mezclas frías con nieve. Más adelante, en la antigua Roma, el emperador Nerón enviaba esclavos a recolectar nieve de las montañas para mezclar con frutas y miel. Desde entonces, el helado ha viajado por la historia y el mundo, reinventándose una y otra vez.
En la Argentina, historiadores refieren a sus inicios incipientes en Cuyo, durante el siglo XIX, a partir de la nieve y escarcha; sin embargo, su expansión y etapa de esplendor comenzó ya en el siglo XX, con la llegada de inmigrantes italianos que trajeron sus recetas y tradiciones, que luego fueron adaptando al paladar local, para lograr una personalidad propia y reconocida a nivel mundial.