Así como hay famosos con hijos que también deciden mantener una activa vida pública, otros optan por un perfil más bajo. Ese es el caso de Constance, la hija de Evelyn Von Brocke y Fabián Doman, quien mantiene una vida alejada de los focos que tan bien conocen sus progenitores.
Debido a que su carrera está por fuera de los medios y que sus padres respetan su vida comparativamente más tranquila y alejada del interés del público, muchos no saben qué ha sido de la joven. Lo cierto es que hoy, a sus 25 años, “Coco” no solo ha decido no seguir los pasos de Evelyn y Fabián sino que también cambió de tierras y ya no vive en el país.
Qué es de la vida de la hija de Evelyn y Doman
La joven profesional, fruto de la relación de más de 20 años entre los dos periodistas, en la actualidad ha sentado bases en Holanda. A sus 25 años, “Coco” vive en La Haya, donde estudió International Media & Entertainment Management (Manejo internacional de medios y entretenimiento).
Sus estudios le han permitido a la única hija de Evelyn y Doman (también tienen un hijo varón, Marc) avanzar en su vida laboral y hoy tiene un puesto en la estadounidense Paramount. Por lo demás, su perfil en Instagram, de poco menos de 1000 seguidores, da cuenta de su estilo de vida de joven moderna y en tendencia, compartiendo postales junto a amigos, de sus pasatiempos favoritos o de los outfits que usa y lugares que visita.
Entre las postales más frecuentes, podemos verla divertirse con otros jóvenes de su edad, recorriendo ciudades europeas, como es el caso de una reciente visita a Berlín, asistiendo a eventos de música, y mucho más. También sus publicaciones dan cuenta que, con frecuencia, retorna a la Argentina, e incluso no se perdió la oportunidad de festejar el triunfo en el Mundial de la Selección el pasado diciembre.
En el 2018, en conversación Infobae, reveló que estando de pareja con su novia Dilek sintió incomodidad en Holanda a raíz de miradas que recibían en la calle. “En la Argentina me sentía más segura de estar con una chica que acá”, explicó en aquella ocasión. “En Holanda vamos por la calle y nos miran más. Nos pasa todo el tiempo. Como que nos clavan miradas que no son muy lindas”.