Cacho Garay había sido detenido luego de ser denunciado por violencia de género por su esposa, Verónica Macías Bracamonte. No obstante, este jueves recuperó la libertad luego de pagar un millón de pesos de fianza. El humorista quedó imputado por tenencia de armas.
“Yo vivo en una casa colonial donde hay todo tipo de antigüedades, hay un misil de caballería que data de 1800. Entre eso había dos escopetas muy viejas. Cuando hacen el peritaje, jamás me imaginé que funcionaban. Yo no sé manipular armas, para mí eran adornos”, dijo ante los medios tras salir en libertad.
“Hay dos versiones distintas, de la causa no voy a hablar porque estamos en un Estado de Derecho”, dijo en relación a las denuncias que le hizo su esposa. Sin embargo, aseguró que no volverá a la casa que compartía con Bracamonte. “Afortunadamente, la Justicia otorgó una prohibición de acercamiento mutuo. Estoy muy tranquilo”, señaló y enfatizó que tiene “la frente muy en alto”.
Qué arrojó la pericia psiquiátrica de la esposa de Cacho Garay
José Manuel Fiz, abogado de la Verónica Macias Bracamonte, comentó que la esposa de Garay fue víctima de un episodio violento el fin de semana pasado en un hotel de la ciudad cordobesa de Carlos Paz y que fue la gota que rebalsó el vaso para que se decidiera a acudir a la Justicia.
Bracamonte denunció que sufre “violencia física, económica y sexual” desde hace 13 años. “Viene de un largo período de sufrir violencia en todos los sentidos”, dijo el letrado.
La pericia psicológica de la mujer, que fue firmada por la Dra. María Julia Roitman, secretaria del Ministerio Público Fiscal de Mendoza, evidenció que la denunciante presenta “un nivel intelectual normal y al momento del examen se encontraba con conciencia lúcida, vigil y orientada en tiempo y espacio”.
“Se detecta modalidad vincular asimétrica en la cual el varón adopta una posición superior de control y dominio de la relación con conductas controladoras y posesivas”, dice el informe.
Por lo tanto, esas conductas le habrían provocado a la denunciante “una restricción de sus espacios de libertad y reuniones sociales”.
Asimismo, la pericia arrojó: “Describe conductas compatibles con violencia psicológica, insultos y descalificaciones. Indica impedimento de mantener contacto con amistades, obstaculización del trato y comunicación con familiares, revisión continua del celular, prohibición para salir sola, imponerle su presencia para todo tipo de actividades y control de sus movimientos”.