Con más de 3.4 millones de seguidores en su cuenta personal de Instagram, Santi Maratea es uno de los influencers más conocidos del país. Desde “Mil pesos de propina”, una iniciativa que inició hace unos años, hasta regalar autos, la vida de Santi estuvo siempre atravesada por la solidaridad.
Sin embargo, Maratea tomó mucha más importancia y su fama creció exponencialmente cuando comenzó a hacer las colectas solidarias. Por mensaje privado le llegaban diferentes causas y el influencer se encargó de funcionar como el intermediario para lograr conseguir el monto necesario para ayudar a las diferentes personas.
Desde la compra del medicamento más caro del mundo con un valor superior a 2 millones de dólares, la compra de una casa para las madres de víctimas de trata de personas, ayuda a causas de niños que debían hacer tratamientos médicos en el exterior y hasta una de las más famosas, equipó los cuarteles de bomberos de Corrientes tras los incendios que azotaron la provincia.
Sin dudas, sin la ayuda de sus seguidores, nada hubiera sido posible. Sin embargo, no todas son buenas noticias y es que Santi contó que una vez lo amenazaron para dé de baja una colecta. “El nivel de resistencia que hubo para que nosotros no logremos ese objetivo, que era armar la primera fundación de infancias trans en Argentina fue increíble. O sea fue en la única colecta en la que recibí una amenaza por teléfono” aseguró.
A raíz de eso, sus seguidores le consultaron por el episodio y Maratea contestó: “No lo habré contado acá pero lo conté en un par de notas. Me llamó un chabón y me dijo ‘cortala o te hacemos boleta’ y yo le dije, ‘no sé quien sos pero...¿tenes lengua? porque la vas a usar para chuparme las dos …”.
La nueva colecta de Santi Maratea
Dentro de muy poco el influencer espera tener listos todos los trámites que se necesitan para la creación de su fundación. Mientras tanto, sigue su tarea solidaria y ahora encaró un nuevo proyecto.
A través de su perfil anunció que juntará 25 millones de pesos para poder reconstruir la institución Gondolín, un histórico hotel para mujeres trans en el barrio de Villa Crespo. Según contó, el lugar fue destruido ya que les arrojaron una bomba molotov y fueron víctimas de un ataque transfóbico.
Su objetivo no es sólo conseguir el dinero que se necesita, sino también concientizar a la sociedad argentina sobre el odio y la discriminación que sufren las personas que pertenecen al colectivo trans.