Martín Rapetti: “Con un plan de shock y credibilidad política se puede bajar la inflación del 90% al 20% anual”

El economista que dirige Equilibra analizó la crisis cambiaria actual en una entrevista exclusiva con Vía País. Advirtió que la autoridad política es un elemento clave para enfriar los precios.

Martín Rapetti: “Con un plan de shock y credibilidad política se puede bajar la inflación del 90% al 20% anual”
06-01-2022 Buenos Aires - Argentina - Economía - Martín Rapetti Foto:CLARÍN

El economista Martín Rapetti aseguró que para estabilizar la macroeconomía y evitar que las tensiones actuales frenen del todo a la actividad económica, hace falta recuperar la autoridad y la credibilidad gubernamental con un programa consistente, y señaló que si bien el escenario actual es muy complejo, con un plan de shock se podría tranquilizar el frente cambiario y bajar fuertemente la inflación, que para este año proyecta en 90%.

Rapetti es director ejecutivo del Centro de Análisis Económico Equilibra, un think tank consultado por empresarios, sindicalistas, opositores y, del oficialista Frente de Todos, por el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa. De su equipo forman parte economistas como Diego Bossio, Lorena Giorgio, Gabriel Delgado, Lorenzo Sigaut Gravina y Soledad Puechagut.

En una entrevista con este medio, Rapetti repasó el escenario de crisis cambiaria y financiara actual y analizó las dificultades que tiene el Gobierno de Alberto Fernández para dar señales que generen certidumbre, en un contexto con crecientes demandas sociales por el impacto de la inflación.

Martín Rapetti conduce una consultora que conversa con todos los espacios políticos y sectores de la economía. Foto: Clarín.
Martín Rapetti conduce una consultora que conversa con todos los espacios políticos y sectores de la economía. Foto: Clarín.

-¿Qué motivó la corrida cambiaria que hemos visto en las últimas semanas?

- La corrida había empezado ya con Guzmán, el 8 de junio, producto de varias circunstancias. Se inició contra los instrumentos de deuda en pesos del Tesoro. En un sentido, a varios nos tomó por sorpresa. En una economía financieramente reprimida como esta, con las instituciones como el Banco Central o la CNV que regulan tanto, uno no pensaba que se iba a desplomar como se desplomó tan rápidamente esa demanda. Ahora estamos en una situación de mucha incertidumbre.

- ¿Por qué ocurrió?

El problema fundamental es bajó la demanda de esos instrumentos, que son el principal mecanismo de financiamiento. Y esto fue porque el mercado dije, ‘mirá, yo veo que estás con un déficit, y pidiéndome tanta guita que tengo miedo de que no me la puedas volver a pagar… no quiero’.

Hoy hay un gobierno que para estabilizar lo financiero tiene que dar una señal fiscal de ajuste, pero para estabilizar lo político y lo social hay que atender la demanda de Grabois y los movimientos sociales. Es una porción muy relevante del gobierno que se identifica con la vicepresidenta Cristina Kirchner. Es una manta corta en un gobierno que tiene una enorme dificultad política producto de que quien es el líder institucional, no es el líder político.

- ¿Esta crisis se profundizó porque sectores de la propia coalición esmerilaron a Fernández?

- Alberto Fernández tomó como bandera de su política económica hacer un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. El hijo de la vicepresidenta votó en contra. Es claramente una acción política que debilita. Cristina se mantuvo más ambigua respecto a eso. Nunca fue tan clara. Nunca la escuché decir ‘estoy en contra del acuerdo con el Fondo’. Pero dio señales para esmerilar al ministro que encabezó la estrategia del acuerdo. Hubo declaraciones en la que se la mostraba crítica del ministro.

-¿Cómo se explica el desbarajuste financiero de esos días y en paralelo una economía real activa? ¿Lo primero empieza a afectar?

- Lo que nos muestran los números es que el año pasado hubo un crecimiento muy fuerte, hubo una recuperación muy vibrante de la economía, y esta primera mitad del año, hasta mayo, siguió la expansión a un ritmo mucho más suave. Lo que está pasando ahora en lo financiero va a afectar fuertemente la economía real. De junio en adelante deberíamos ver que la actividad se contrae.

- Eso en un escenario de ochenta y pico de inflación proyectada a fin de año…

- Nosotros ya tenemos 90 proyectado para diciembre…

Entrevista en TN a Silvina Batakis
Entrevista en TN a Silvina Batakis

- Al asumir Batakis, la ministra dio algunas señales de cierta austeridad fiscal, pero no hubo cambios en las expectativas. ¿Qué falta para frenar la corrida?

- El ex ministro Guzmán también trató de manejar prudentemente el costado fiscal. Del lado de Cristina y sus seguidores se lo cuestionó mucho por eso. Quien tiene el poder fáctico es Cristina y no Alberto. Si viene una ministra y repite el mantra del ex ministro, todo el mundo se pregunta ‘y Cristina, qué va a hacer?’. Eso genera incertidumbre. Distinto es si la ministra con Alberto Fernández de un lado, y Cristina en el otro, hace un anuncio, dice dónde se va hacer los recortes fiscales. Hubiera sido una señal muy distinta. También hay elementos llamativos de la comunicación del gobierno. En la semana, la vocera (Gabriel Cerruti) anunció que iba a haber una reunión para hacer anuncias… o sea, es una invitación a generar incertidumbre.

- Ante la escalada del dólar y los precios, el gobierno le apunta a “los especuladores”…

- Cuando se habla de ‘especuladores’, está claro que es una palabra que tiene un sesgo peyorativo. Pero el especulador también es una persona que dice ‘no me conviene vender esto ahora, porque lo voy a vender más barato que dentro de una semana o un mes’. Se puede equivocar, claro. Un especulador es una persona que toma decisiones en base a una especulación, conjetura que en un futuro va a subir o bajar. La pelea contra los especuladores, en general, siempre ha aparecido en el vocabulario de la política argentina en situaciones de crisis.

- ¿Existe la posibilidad de proyectar en qué nivel se podría estabilizar el dólar? ¿Cuánto más aguanta el gobierno sin devaluar?

- Es una pregunta muy delicada, la más incómoda para un economista y no tenemos forma de predecir cuándo ocurren ese tipo de cosas. Sí puedo decir que el dólar oficial está un poco bajo, no terriblemente, y hay una brecha muy grande. En general la brecha se corrige con el oficial yendo a buscar el dólar paralelo. Pero el gobierno podría transitar un tiempo largo sin tener que recurrir a una devaluación. Los gobiernos siempre tienen estrategias como para sacar conejos de la galera y generar incentivos transitorios que eviten la devaluación. A mí me parece que el camino de seguir ‘encepando’ la economía se va quedando sin nafta, no hay margen para más. Creo que hay que pensar en soluciones distintas

¿En esas soluciones entra un plan de shock?

Lo que muestra la experiencia internacional e incluso la Argentina es que un elemento clave para estabilizar la economía es el volumen y la autoridad política. Tiene que haber un gobierno fuerte. La estabilización tiene dos componentes importantes: uno es el de persuasión, para convencer a la gente que todo lo que venía pasando va a dejar de ocurrir. Para eso tiene que haber credibilidad. Y tiene que haber autoridad, porque el Gobierno necesita poder modificar comportamientos.

¿Esto cuenta también para la inflación?

La inflación no se baja de golpe solo con credibilidad, sino que tiene que haber elementos para presentar un plan económico claro y consistente y en paralelo el Gobierno tiene que tener herramientas para ‘apretar un poco y forzar’ que todos los agentes económicos respeten y cooperen.

Esto no significa que se tiene que hacer a punta de pistola, esto significa que el Gobierno tiene que tener la autoridad suficiente como para pegar un grito y que ese grito asuste un poco para ordenar. Por eso la autoridad política es relevante. Y no veo al gobierno hoy en esa situación de ser creíble y poder persuadir.

¿Y entonces cuál podría ser una salida?

Habría que explorar una salida distinta. Tanto el oficialismo como la oposición deberían dejar un poco de lado sus aspiraciones electorales por un momento y ver la posibilidad de un acuerdo político, dado que el Gobierno no tiene credibilidad y autoridad política. Si hay un llamamiento a la unidad nacional por un acuerdo con la oposición, esto podría ayudar a estabilizar. Esto requiere generosidad de ambos lados. E incluso hay beneficios para las dos partes: el Gobierno podría terminar su mandato con la situación más estabilizada; y para la oposición sería un grave error creer que un despelote les va a facilitar la tarea cuando les toque gobernar.

Pero ese acuerdo parece inalcanzable porque ellos mismos dicen que tienen dos programas económicos completamente distintos.

Cuando la gente está al borde del precipicio es más flexible, porque debe ser más pragmática. Entonces, lo que en una situación de normalidad no se daría, hoy en una situación tan crítica, tiene más chances. Los políticos no son tontos y se dan cuenta que estamos entrando en un sendero muy complejo. Hay razones solidarias por las cuales uno puede esperar cooperación, pero también razones egoístas porque esto sería en beneficio de todas las partes.

¿Con una inflación del 90% anual como prevén en Equilibra, ya se puede empezar a hablar de hiperinflación o cuándo técnicamente se empieza a considerar eso?

Los economistas no tenemos una única definición de hiperinflación. Hay una que se usó mucho: que es más de 50% de inflación mensual. Hay fenómenos de 35% o 40% mensual, pero en general son episodios eruptivos, con fogonazos hiperinflacionarios que luego se estabilizan. No estamos en esa circunstancia. Estamos entrando en una dinámica de alta inflación, con una tasa anualizada de tres dígitos.

¿Pero hay mecanismos para bajar esto de golpe?

Lo ‘bueno’ de las inflaciones altas es que son más fáciles de bajar de golpe. Hay un motivo importante. Cuando hay inflaciones más bajas, los actores cambian sus precios a lo largo del año en forma trimestral o semestral. Con esa frecuencia de ajuste, es difícil estabilizar de golpe porque hay un montón de agentes pueden quedar desfazados del momento en el que se pretende estabilizar porque ellos aún debían retocar sus precios. En cambio, cuando hay alta inflación, los agentes cambian sus precios casi todos los meses y entonces cuando se impone el plan de shock, todos están más o menos actualizados y no quedan rezagados.

¿En ese contexto, crees que el país podrá bajar su inflación con un shock?

Creo que Argentina va a poder estabilizar de shock. No necesariamente ir a una inflación que se golpe sea del 5% anual. Pero sí se puede bajar de 90% o 100% a 20% interanual. Es una baja muy pronunciada. Y las economías pueden funcionar más o menos bien con 20%, aunque lo ideal es 8% o 5%.

¿Con qué herramientas imaginás eso? ¿Un plan que vaya al equilibrio fiscal de un momento a otro y un tipo de cambio fijo?

Un elemento central es el orden fiscal. Eso no necesariamente significa no tener déficit, sino al menos mostrar que el déficit es manejable, con una señal muy nítida de que se irá a equilibrio o superávit fiscal en un período razonable. Es indispensable que eso convenza a la gente.

Porque el problema del déficit es ver cómo lo financiás. Porque si el financiamiento recae en el Banco Central, eso es emisión monetaria cuando la economía necesita que se le echen menos pesos. Es decir, estás haciendo algo contra producente.

El segundo elemento es que al momento de estabilizar con shock no haya precios que estén muy desfazados. Me refiero a las tarifas y al tipo de cambio. Esto le pasó a Macri, que quiso bajar de golpe la inflación pero las tarifas estaban muy retrasadas y lo entorpeció.

En paralelo, el precio clave para estabilizar será el tipo de cambio. Si se mantiene quieto y todo el mundo se da cuenta que a ese precio no se podrá sostener y tendrá que haber devaluación, la baja de la inflación será momentánea.

Por eso, algún elemento de fijación cambiaria será importante. Algo está claro: no se podrá bajar la inflación sin estabilizar el dólar. Es inimaginable en una economía que los precios desaceleren si el tipo de cambio está subiendo.

¿Y qué hace falta para estabilizar el tipo de cambio?

La economía tiene que tener entrada de dólares y el Banco Central debe tener reservas. Como verán, ninguno de los cuatro o cinco elementos centrales para estabilizar las variables hoy están presentes.