La localidad cordobesa de Pincen realizó un pedido desesperado a Schiaretti

No nos abandonen es la súplica del pueblo de 300 habitantes, que se encuentra rodeado de agua tras las inundaciones.

Pincen inundaciones
Pincen inundaciones

La localidad cordobesa de Pincén, ubicada buen al sur de la provincia, a la vera de la ruta 26 y a 320 kilómetros de la ciudad capital, actualmente se encuentra ante una situación crítica por el agua que los rodea desde todos los sectores, tras las inundaciones que golpearon al territorio en los últimos tiempos.

La comuna de unos 300 habitantes permanece en constante amenaza por una enorme laguna que tapa los campos y los rodea, situación cuanto menos desesperante para los vecinos, por la incertidumbre de su destino.

Para que el agua no tape por completo a la zona urbana, el municipio y la Provincia taparon alcantarillas de la ruta 26. Esta situación generó enfrentamientos con los productores de Italó, que veían volverse el agua hacia sus campos.

Tras la desesperante situación que se vive en Pincen, vecinos auto convocados realizaron una carta abierta destinada al gobernador Juan Schiaretti, rogando que no los abandone.

A continuación, la carta completa:

"Bien al sur de la provincia hay una localidad que se llama Pincen, que usted bien conoce y está sufriendo.

Hoy este pequeño gran pueblo de 300 habitantes vive el tormento más grande de su historia de vida: dos masas de agua, una del norte y otra del oeste, amenazan con hundirlo en agua, hacerlo desaparecer. Los pobladores no tenemos vida, no funcionan los baños, nos acostamos y no dormimos pensando que podemos amanecer con agua arriba de la cama. Los niños de la zona rural y localidades vecinas no pueden llegar al colegio, no tenemos salida, la única vía de ingreso y egreso está tapada en agua con más de 20 centímetros por arriba de la carpeta asfáltica y hay mucha gente que no se anima a cruzar. Se quedan de este lado, sin médicos, sin remedios, sin nada, sólo con la desesperación. Sabemos que está en sus manos no dejarnos caer en la resignación.

Le pedimos, le rogamos, que haga lo que tenga que hacer, confiamos en usted, sabemos que no le va a temblar el pulso, ni la voz, pero necesitamos imperiosamente que actúe con la celeridad que la circunstancia lo amerita y nos dé una solución inmediata. No podemos más, no soportamos más, nos estamos ahogando, enfrentándonos vecinos con vecinos en la lucha cuerpo a cuerpo que no tiene sentido, donde todos queremos lo mismo, que el agua se vaya, que no nos amenace. Nosotros no sabemos de legal o ilegal, no somos jueces, somos parte de un problema y lo necesitamos a usted. No nos abandone".