Cambiemos está en un momento de definiciones. A Mauricio Macri le quedan desde este lunes quince días para definir quién lo acompañará en la fórmula presidencial y, en una danza de nombres cada vez más amplia, el mendocino Ernesto Sanz toma la delantera.
Varios funcionarios de la Casa Rosada coincidieron este domingo en un señalamiento: la idea central es que el vice sea radical. No obstante, todo se ajustará a las posibilidades reales y a lo que la mesa chica del Gobierno considere mejor como estrategia, porque buscan alguien que "sume".
La premisa la bajó el propio Macri después del pedido contundente de la Unión Cívica Radical en la Convención Nacional el 27 de mayo. El PRO tomó nota y busca evitar cualquier fisura. Y las deliberaciones van en ese sentido: poner al vice o, en última instancia, ir a una interna.
Dos funcionarios de primera línea del Gobierno nacional y tres dirigentes radicales le dijeron a Vía País que hoy la mejor opción para la fórmula es Sanz. Por su experiencia política y por su trayectoria en el Congreso.
Allegados a Sanz, uno de los fundadores de Cambiemos, respondieron a este medio que el dirigente está “cómodo” fuera de la política activa. Pero una cosa es un rumor y otra una propuesta formal de Macri, por lo que nada está descartado.
Incluso, según fuentes de la Casa Rosada, en la reunión que hubo en la semana con el jefe de Gabinete Marcos Peña, no se tomaron decisiones, pero el apellido del mendocino sobrevoló sin que nadie ponga reparos.
Del otro lado del cuadrilátero en la pelea por la vicepresidencia se encuentra el lote femenino. En un principio, era una condición primordial para el presidente y su entono que, quien lo acompañe, sea una mujer -incluso Jaime Durán Barba lo sugirió-. Pero dejó de ser excluyente.
En la danza de nombres aparecen tres radicales: la diputada nacional Karina Banfi; la diputada bonaerense Alejandra Lordén y la senadora por Mendoza, Pamela Verasay. Todas ellas están en el radar y hay quienes dicen que alguna podría ser la "tapada" que se guarda Cambiemos.
Banfi es el nombre que cobró más fuerza. Si bien es una figura sin conocimiento en la opinión pública, le aporta el condimento feminista a la fórmula, ya que acompaña todas las causas del movimiento. Su discurso de apoyo a Macri en la Convención radical fue total.
"Hoy tenemos tres gobernadores ejemplares, lideramos 446 intendencias en todo el país, tenemos más de 200 funcionarios en el Gobierno nacional y ministros ¿Cómo nos vamos a ser parte de este Gobierno? ¿Cómo no lo vamos a sentir como nuestro? Cambiemos somos nosotros", dijo en la convención del 27 de mayo.
Otra que asoma es la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, ya que cuenta con el aval de Macri. Sin embargo, no se encuentra entre las prioridades: consideran que no mueve la base de la intención de voto al ser del PRO duro y la idea es captar a potenciales votantes indecisos ampliando la oferta electoral.
Por su parte, el jefe de Gabinete nacional, Marcos Peña, apoyó a la vice actual, Gabriel Michetti, quien acompañó a Macri en 2007 y 2015. Pero le puso paños fríos al asunto al remarcar que aún hay tiempo para resolver ese asunto, teniendo en cuenta que el próximo miércoles 12 de junio será el cierre de alianzas y recién diez días después el de listas, fecha en la que ya tiene que estar definido el nombre que acompañará al presidente que buscará la reelección en octubre.
Dentro de la danza de nombres y a la espera de lo que suceda en las PASO en Mendoza, un nombre que podría resurgir es el del diputado porteño Martín Lousteau. El economista no es visto con buenos ojos desde Balcarce 50, lo que es una exigencia para acompañar a Macri.
Mientras que las acciones de Mario Negri bajaron tras la paliza en Córdoba que recibió a manos del gobernador peronista Juan Schiaretti, y ni siquiera figura entre las opciones que se manejan en Casa Rosada.