No caben dudas de que Stephen King es uno de los grandes literatos de la historia. El resplandor, It, Carrie y muchos otros de sus títulos fueron adaptados tanto en cine como en teatro, al ser obras maestras del género terror.
Su pasión por la escritura comenzó cuando era tan solo un niño. En el colegio le vendía sus historias a sus compañeros, aunque finalmente le fue prohibido por sus profesores, quienes además le obligaron a devolver el dinero ganado.
Sin embargo, el amor por las historias de terror llegó en su adolescencia, cuando en la casa de su tía descubrió unos libros de H.P. Lovecraft y Edgar Allan Poe.
¿Una nueva guerra? La Inteligencia Artificial vs. los guionistas
Hollywood es testigo de una masiva huelga de guionistas y actores, quienes demandan, entre otras cosas, la toma de decisión sobre el avance de la Inteligencia Artificial, la cual podría llegar a atentar contra su trabajo.
Esta tecnología ha demostrado ser lo suficientemente avanzada como para crear historias que pueden llegar a ser utilizadas con fines comerciales, tales como una película o libro. Si bien la creatividad es algo propio de los humanos y ajeno a las máquinas, es necesario abrir el debate sobre qué implicancias a futuro tiene la IA sobre la industria cultural.
En este sentido, grandes figuras del arte y la cultura han salido a dar su opinion. Stephen King no se quedó atrás: “La Inteligencia Artificial imita y copia, no es capaz de demostrar originalidad. Me resulta muy difícil de creer que la IA, hasta que alcance una sensibilidad real, lo cual aún está muy lejos de suceder, pueda hacerlo”, opinó el literato.
“He leído poemas escritos por Inteligencias Artificiales que eran del estilo de, por así decirlo, William Blake, y tienen algunas cosas similares, pero no es lo mismo. Con los guiones pasa igual. Ni siquiera están cerca del escritor. Es como la diferencia entre Budweiser y una cerveza genérica: ambas te provocan un ligero hormigueo al tomarlas, pero no son lo mismo”, argumentó King.
De todas formas, el maestro del terror no se mostró en contra de la IA, sino que, concluyó: “¿Prohibiría la enseñanza, si esa es la palabra, de mis historias a la Inteligencia Artificial? Ni aunque pudiera”.