Peto Menahem es parte del elenco de la nueva película de Netflix “Granizo”, una comedia dramática que atrapa a todo aquel que se sienta frente a la pantalla. Es la historia de Miguel Flores, una estrella que da el pronóstico por la televisión y que comete el error de no prevenir una fuerte tormenta de granizo en la Capital Federal. Guillermo Francella protagoniza este personaje que por su descuido se transforma, de un momento al otro, en un verdadero enemigo público.
En esta ocasión el actor conversó con Vía País sobre las intimidades de este nuevo filme dirigido por Marcos Carnevale y con el guion de Fernando Balmayor y el ganador del Oscar, Nicolás Giacobone.
-¿Cómo te sentiste interpretándo tu pesonaje? ¿Crees que sus frustraciones y alegrías son parte de un clima de época?
- Lo viví con mucha alegría. Me gustó mucho el proyecto y este personaje Luis Contreras. Creo que aunque no parezca, el tipo es un desequilibrado que equilibra las cosas un poco. Todo trascurre en un mundo que es el de Miguel Flores. Un mundo glamoroso, donde la virtualidad tiene mucha presencia. Él habla todo el tiempo de las redes, se fija que dicen de él, como está posicionado, sale por la pantalla. Vive en una casa hermosa, tiene unos vecinos muy finos.
Y Luis es todo lo contrario. No hay virtualidad en él, ni en su familia. Es todo real, todo carne, grito, vena, penuria. Todo risas hasta el borde. Y a mi me gusta mucho ese contraste. Y algo que me parece importantísimo, muy astuto del guion, es que Luis pareciera el menos indicado para mostrar el camino, para salir de esta encrucijada que estamos en estos tiempos como vos bien decís. Es el menos pensado, el más cagado a palos, pero es el que termina mostrando ‘es por acá'.
El personaje confronta las cosas de verdad, habla cara a cara. Él fue a matar a Miguel, pero se le desarma apenas lo ve. Porque esas son las cosas que pasan cuando dejamos la virtualidad de lado y vamos a la vida real: el otro empieza a existir de verdad. Está ahí, mira, tiene un aroma, una temperatura. Existe. Entonces todo lo que tenias en la cabeza pasa a un segundo plano. Uno mismo deja de ser prioridad cuando se va del mundo virtual. Y hablar de esto en una comedia, donde gente se ríe, se emociona, se sorprende... Bueno, todo eso me muchísima alegría.
-¿Hay una crítica solapada a una forma de vida ciudadana en la película? ¿Está ese mensaje?
- Veo una crítica a la manera alienada de vivir que elegimos y construimos en las grandes ciudades. Pero no solo en la Ciudad de Buenos Aires. Desde mi punto de vista, cuando Miguel va a Córdoba, le gritan y lo siguen, eso también es alienación. Uno piensa “dale, somos personas”. Pero si creo que cuanto mas grande la ciudad mas alienados vivimos. Lo raro es que decidamos siempre volver a vivir así.
-¿Cómo te sentís trabajando para Netflix? ¿Hay un cambio del cine a esta nueva forma de producir películas?
- Desde el trabajo actoral no siento ningún cambio. Puede ser que no este muy atento a lo que debería estarlo y quizá hay cambios. Pero yo no lo siento. O mejor dicho, no siento que cambie demasiado mi manera de actuar cuando hago cine, teatro o televisión. Yo actúo lo mejor que puedo y quizá lo que es diferente es que cuando estoy frente a una cámara puedo hacer gestos mas íntimos que cuando estoy en el teatro hablándole a la fila 60, que tengo que ser mas expresivo. Pero para mí es lo mismo.
-¿Cómo fue volver a trabajar con Francella? ¿Y el resto del elenco?
- Me da muchísima alegría trabajar con Guille. Es un amigo y un referente. Hemos estado juntos en cine, televisión, en el teatro como compañeros y ahí me ha dirigido también. Hay una relación muy linda, me gusta mucho trabajar con él.
Y después hacer una película con Eugenia Guerty es un placer inimaginable. Me parece que es una genia. Conocer a Romina fue una hermosura tanto personal como actoralmente. Con Norman Briski es la primera vez que actúo. Él fue siempre uno de mis grandes referentes y mirá que no tengo muchos. Yo tenía que hacer a un lado la admiración que siento por él y a la vez no la hice demasiado a un lado, porque se lo contaba. Es puro amor lo que siento por su trabajo.
Y después son todos grandes amigos, Martín Seefeld, Nicolás. Me sorprendió gratamente y me dio lastima que no me cruce en escena con Laura Fernandez que esta súper bien. Vivi Saccone lo mismo. Es un elencazo. Me estoy olvidando de gente. A mi me encantó trabajar con ellos, es como tener una planta de actores y decir “hagamos otra”.