James Cameron es el responsables de una de las obras cinematográficas más icónicas de todos los tiempos: Titanic. Esta historia basada en los hechos ocurridos en el año 1912, se convirtió en una de las películas más taquilleras y un clásico que todo el mundo ha visto en más de una oportunidad.
Leonardo DiCaprio y Kate Winslet protagonizaron esta gran historia en el año 1998, transformándose en una de las parejas ficcionales más legendarias. Titanic envuelve una asombrosa trama en el que la desgracia, el miedo, el amor, los anhelos y la esperanza entran por la borda a lo largo de más de 3 horas.
Cabe mencionar la asombrosa recaudación que ha tenido, en gran medida gracias a su reestreno, que ronda los 2.257 miles de millones de dólares, mientras que su presupuesto había sido de 200 millones, una cifra tampoco modesta.
¿Planificado o improvisación?
Muchas son las escenas que se pueden rescatar de Titanic, pero todos podríamos llegar a coincidir en que las que suceden sobre la cubierta, es decir, a la intemperie del barco, son las más icónicas.
En una entrevista con The made me, un programa de televisión de la BBC, James Cameron reveló que la escena hacia el principio en la que Jack se para sobre la punta del barco y grita “soy el rey del mundo”, en realidad fue una decisión del momento.
El director tuvo la idea en el momento y le indicó al joven Leonardo DiCaprio cómo hacerla, sin embargo, en un primer momento el actor no se sentía seguro de decir la frase recién salida de la “fábrica Cameron”.
Pero dada la aún reciente trayectoria de Leonardo y el poder del cineasta, a aquel no le quedó otra cosa que gritar en la toma “soy el rey del mundo”. A fin de cuentas, la oración terminó siendo todo un ícono de la película y el puntapié para su mayor escena: cuando sostiene a Rose por la proa.