Tras el fallecimiento de su nieto, Robert De Niro decidió tomar un respiro y eligió como destino de sus vacaciones Italia, más específicamente Nápoles.
Los medios italianos han señalado que el actor de Hollywood se ha mostrado como un verdadero turista, descubriendo las maravillas del centro histórico y hasta hizo una parada especial en el museo del Tesoro de San Gennaro.
Acompañado en un recorrido especial por su familia, De Niro comenzó su visita en la Real Cappella del Tesoro, una joya del arte barroco ubicada dentro de la Catedral de Nápolea. Allí, se encuentran las ampollas que contienen la sangre de San Gennaro y un busto con los huesos del Santo, junto a la colección de plata más grande del mundo.
El video de Robert De Niro besando a Maradona
Después de la visita al museo, De Niro disfrutó de un delicioso almuerzo en el restaurante Mimì's en la Ferrovia, donde captó la atención de todos los presentes.
Sin embargo, el momento viral del día llegó después de que De Niro tomara con sus manos una estatua en versión pequeña de Diego Armando Maradona y la besara frente a la cámara que lo grababa.
El video no tardó en hacerse eco entre sus seguidores y los medios italianos, quienes comenzaron a compartir las imágenes llegando hasta Argentina en cuestión de pocas horas.
Robert De Niro y el elogio a “Fue la mano de Dios”
Robert De Niro ya había mostrado cierto fanatismo por la figura de Maradona
y la ciudad de Nápoles en 2021, tras el estreno en Netflix de la producción “Fue la mano de Dios”, dirigida por el italiano ganador del Óscar, Paolo Sorrentino.
“A pesar de la tragedia que se encuentra en el centro literal de la película, Fue la mano de Dios desborda diversión. Escenas como el almuerzo al aire libre de la familia extendida y la posterior salida en bote son encantadoras y divertidas. Y aunque la historia central es Fabietto siendo arrancado de su precaria juventud y arrastrado a una edad adulta prematura y no deseada, las historias a lo largo del camino son invaluables”, escribió De Niro sobre el film, siendo esta una de las importantes reseñas que recibió la producción en aquel entonces para Deadline.
La película se situa en los años ochenta, cuando Fabietto Schisa, un napolitano de diecisiete años, vive un gran cambio en su vida: la llegada de Maradona a Nápoles primero y un grave accidente que interrumpe después la felicidad familiar.