Han pasado más de 40 años desde que Val Kilmer se hiciera un nombre en Hollywood, consolidándose como uno de los actores más carismáticos de su generación. Su carrera despegó con Top Secret!, alcanzando su punto más alto con papeles memorables como el de Top Gun, donde interpretó al inolvidable “Iceman” junto a Tom Cruise, y más tarde, como Jim Morrison en el biopic The Doors.
Pero, su recorrido por la industria no siempre fue sencillo, una serie de críticas sobre su comportamiento en el set y decisiones de carrera controvertidas le afectaron profesionalmente. Sin embargo, lo que más marcó su vida fue la dura batalla contra el cáncer de garganta, la cual dejó profundas huellas en su salud y su capacidad para hablar.
Val Kilmer y su lucha contra el cáncer
En 2014, un diagnóstico de cáncer de garganta cambió para siempre la vida de Kilmer. Enfrentó un tratamiento intenso que incluyó radioterapia, quimioterapia y una traqueotomía, lo que le arrebató su voz. La noticia fue inicialmente divulgada por su colega Michael Douglas, aunque Kilmer intentó desmentirla en un primer momento.
Hoy, su voz tiene un tono grave y áspero, lo que Kilmer toma con humor. “Sueno como si una hormigonera me hubiese pasado por encima, pero me siento genial”, bromeó en una entrevista. Aunque las secuelas de la enfermedad complican su comunicación, Kilmer contó con el apoyo de su familia, especialmente de sus hijos Jack y Mercedes, quienes estuvieron presentes en su recuperación y en sus nuevos proyectos.
Con el tiempo, Kilmer encontró formas innovadoras para “recuperar” su voz. Gracias a la inteligencia artificial, la empresa Sonantic logró recrear su voz usando archivos de audio de sus años de trabajo.
“Como seres humanos, la capacidad de comunicarnos es el núcleo de nuestra existencia, y los efectos del cáncer de garganta han dificultado que los demás me entiendan. Tener una voz familiar y auténtica es un regalo muy especial”, expresó en un comunicado el actor, agradecido por esta nueva herramienta que le permite volver a escucharse.
Pese a las dificultades, Kilmer no dejó de lado su carrera. En 2022, se unió a Tom Cruise para la secuela Top Gun: Maverick, retomando su papel de “Iceman” en un momento cargado de emoción que reflejaba su lucha personal. Además de actuar, exploró otra de sus grandes pasiones: la pintura, exhibiendo sus obras en varias galerías.