La autoestima y la autoconfianza no son temas nuevas o ajenos a la sociedad. Cada vez se habla más sobre la importancia del amor propio y de tratar de vivir sin fijarse en el qué dirán los demás sobre nosotros.
Es que la autoestima está relacionada con la autoimagen, que es el concepto que se tiene de uno propio, y con la autoaceptación, que se trata del reconocimiento propio de las cualidades y los defectos. Para profundizar el tema y conocer las herramientas que tenemos en nuestro entorno para fortalecer y reforzar la forma en que nos percibimos a nosotros mismos, el equipo de Rumbos Digital habló con Natalia Barrera, reconocida coach y creadora de “Alquimia Femenina”.
*Por Natalia Barrera.
La autoestima es el arte de valorarse por sí mismo. Es que aprender a querernos y aceptarnos a nosotros mismos es un camino interior que nos llevará a comprender que compararnos con los demás es inútil. Nadie es igual a otra persona, somos únicos y, por ese motivo, con la única persona que debemos compararnos es nuestra propia versión del pasado.
Cuando comparamos nuestro antiguo yo con nuestro presente y percibimos “que no cambió nada” o que estamos “peor” que antes, es porque no nos dirigimos a crecer y nos olvidamos de proyectar un futuro mejor. Cuando tenemos muchas limitaciones y nos revalorizamos es probable que renunciemos a las metas por miedo a fracasar y terminaremos cosechando un presente sombrío, lleno de quejas y miedos que nos impiden crecer y mejorar.
La autoestima es el valor de animarse a atravesar los límites y creer en nosotros mismos para superar las pruebas del camino. La autoestima es un reflejo de cuánto confiamos en nosotros.
Es importante sumergirse en un autoconocimiento y en un viaje interior para luego sanar heridas, porque si yo no me conozco que vivo 24 horas conmigo ¿Cómo otro podrá reconocerme afuera? Las heridas son aprendizajes que nos recuerdan quienes somos verdaderamente. Sanarnos implica aprender las lecciones ocultas en las lesiones que experimentamos en el pasado. Creemos que nos conocemos, sin embargo, muchas veces nos preguntamos ¿Por qué me pasó esto a mí?
Esa sensación de no saber por qué pasan las cosas o el simple acto de no saber qué quiero, qué deseo, nos muestra la desconexión con nuestro ser y deja en evidencia que tenemos la mirada afuera, es decir, nos preocupa más lo que los otros piensen que lo que pensamos nosotros de nosotros mismos.
Para establecer la confianza en uno mismo hay que iniciar un proceso de autoconocimiento. Aprender a darnos lo que queremos y dejar de desvalorizarlo, postergando nuestros deseos y proyectos por poner a los demás primero.
Me valoro cuando mi palabra, lo que pienso y creo es más fuerte que lo que otros pueden opinar. Me valoro cuando elijo lo que quiero sobre lo que desean los demás, cuando me defiendo poniendo el límite a lo que no me gusta, me valoro cuando dejo de estar en deuda conmigo, cuando aprendo a decir que “no” a los demás y a decir que “sí” ante lo que deseo. La valoración es un acto de valor, siempre tendremos que afrontar miedos. Lamentablemente esos miedos siempre tienen que ver con lo demás: “si digo lo que pienso, se va a enojar y me va abandonar o me van a juzgar”.
La valoración implica un acto de valernos por nosotros mismos y ponernos en primer lugar. Entender que quienes te quieren, te aceptan con tus virtudes y defectos. Que la existencia se trata de vivir la vida que queremos y no amoldarnos a lo que no nos gusta.
*Barrera creó el método “Alquimia Femenina”, el cual está dirigido a mujeres que quieren un cambio profundo en sus vidas.