Un perro muy especial se hizo viral a través de las redes sociales por su particular historia. Nació sin una parte de su cerebro, tiene el cráneo deformado y una mordedura inferior.
Se llama Moose y su dueña, Jennifer Osborne, dice que es un verdadero "milagro". Y asegura que es "el más feliz del mundo".
El perrito tiene Instagram y lo siguen casi 100 mil usuarios. Fue descubierto por Jennifer en una tienda de mascotas en 2016 y decidió llevárselo por miedo a que sea sacrificado o abandonado.
"Sabemos que la fosa nasal de Moose fue empujada hacia el cráneo, lo que cambió la mordida inferior, deformó el cráneo y su mente, y también tiene problemas oculares. Con toda probabilidad fue cuando estaba dentro del útero", explicó la joven de 26 años, oriunda de Ohio, Estados Unidos.
Moose además comenzó a tener convulsiones en abril de 2018, por lo que ahora tiene que tomar medicamentos para mantenerlo con menos episodios.
Los estudios aseguran que el perrito carece de componentes de su mente "en particular de la mitad que le ayuda a oler", precisó Jennifer.
"La parte delantera de su cerebro también está aplastada. Sólo el área frontal de su cerebro está afectada y es probable que sus convulsiones empeoren, pero su neurólogo no se imagina que eso le acortará la vida", explicó.