Jess Klorman sorprendió a sus seguidores con un hallazgo que le llenó el corazón de amor. La mujer de Henderson, Nevada, en los Estados Unidos, se sentía intrigada porque su bebé de un año, Everett, comenzaba a llorar y, al los pocos segundos, se calmaba solo. Fue así que colocó una cámara de seguridad en su habitación y logró registrar imágenes de lo más tiernas.
"¿Para qué son los mejores amigos?", escribió la madre en su cuenta oficial de Instagram junto a un video que mostraba a su hijo llorando en la cuna y a Dodger, uno de los dos perros de la familia, que iba corriendo a su consuelo.
Según contó Jess en una reciente entrevista, el perro la acompaño durante todo el embarazo. Everett nació prematuro, por lo que tuvo que pasar varios días internado en el hospital, pero cuando volvió a su casa el can no se separó más de él.
"Una vez que Everett regresó del hospital a casa, Dodger quería que lo acostáramos junto a nosotros o entretenernos", contó Klorman en diálogo con The Dodo. "Un recién nacido duerme entre 15 y 18 horas al día, por lo que el entretenimiento fue apreciado", destacó.
Hoy Dodo y Everett se han hecho grandes amigos y eso deja muy tranquila a su mamá, quien, evidencia mediante, sabe que hasta su llegada el pequeño está en muy buenas manos.