Jorge Enrique Abello, como es su verdadero nombre, saltó a la fama en la Argentina tras el éxito de la telenovela colombiana "Yo soy Betty, la fea", que contaba la historia de una secretaria que se enamoraba de su jefe, Armando Mendoza, pero que no lograba conquistarlo y, además, era maltratada por no encajar dentro de los estereotipos de belleza establecidos. Hoy, veinte años después, el galán de la ficción tiene 51 años no está feliz con su participación en aquella novela, continuó con su carrera artística, tuvo dos hijos, se casó y brinda mensajes de superación personal.
"Hoy no se podría hacer algo así porque es sectario, hay homofobia, es machista profundamente, maltrata a la mujer y tiene todos los códigos de lo que hoy no se podría hacer. Sin embargo, yo pienso que es una hipocresía cultural, porque finalmente, lo que sucede ahí sigue sucediendo ahora, lo que pasa es que no es políticamente correcto", había dicho hace algún tiempo en diálogo con el programa 'La Tele Letal'.
Para Abello la novela que lo hizo famoso en toda América Latina "fomenta valores inadecuados que hacen daño a la sociedad".
Pero su vida después de "Betty" continuó, Abello continuó trabajando en el mundo artístico y, pese al paso de los años, mantuvo su buen estado físico y aunque sumó algunas canas, confiesa que se siente en su mejor momento.
Estuvo casado con Marcela Salazar Jaramillo hasta el 2006, con ella fue papá de Candelaria Abello Salazar, quien hoy tiene 17 años. En 2012, conoció a la modelo y arquitecta María Isabel Gutiérrez Celia, con quien volvió a apostar al compromiso y se casó el 13 de mayo de 2016. Fruto de esa relación nació Antonio Cayetano Abello Gutiérrez, el segundo hijo del actor, quien hoy tiene 8 meses.
Hace algunos días, el actor reconoció su fanatismo por la banda argentina Soda Stereo a través de una publicación en las redes sociales. "¡En la música lo encontramos todo! Me encanta Soda Stereo y esta frase, corta pero poderosa. ¿Cuál es su canción favorita de Soda?", le consultó a sus seguidores con una placa que mostraba la frase "me verás volver".
Hace algunos meses, el actor contó que de pequeño sufrió "agnosia visual", una patología que le causaba especial dificultad para reconocer o comprender estímulos visuales, afectando su lectura, lo que causó alteraciones en su percepción y procesos de aprendizaje. Pero resaltó cómo aquella patología lo llevó a forjar una personalidad guerrera y ordenada.
"Yo padecí de agnosia visual, que es una dislexia fuerte que te impide leer cuando estás creciendo, logos, símbolos, y te cuesta entender qué son letras y que esas letras luego son frases y eso anula las líneas de tiempo. Eso hace que haya un cambio en la percepción y que no puedas aprender lo que tienes que aprender. Porque no ves lo que ven los demás. Mi cerebro veía palitos y círculos separados en vez de letras. Cuando eso pasa, tu cerebro debe buscar para sobrevivir un lugar en el otro hemisferio para que esos palitos y círculos cobren sentido dentro de ti. Cansa y agota al niño, es un proceso largo. Mi hija lo padeció, es genético, se hereda. Yo pensaba que era bruto, porque estudiaba y no tenía buenos resultados. Durante toda la primaria la única forma de destacarme era peleando. Busqué métodos para buscar y aprender de manera organizada. Yo nací de un naufragio porque nací con esa condición. Persistí tanto y busqué tantos métodos para aprender, que cuando entré a la universidad fue muy fácil, me iba bien, sacaba cinco en todo. Mi mente se sanó de tanto persistir. De ahí nace el orden. Cuando tomo decisiones deben ser muy organizadas", reconoció.
¡Mirá algunas fotos de "Don Armando" hoy!