La sopa es el plato invernal por excelencia pero no resulta el más simpático para muchos paladares. En invierno el cuerpo nos pide calorías y puede ocurrir que con la sopa nos quedamos con hambre o no sabemos bien qué verduras poner para que quede, al menos, con un poco más de onda. Por eso, buscamos algunas opciones que se pueden incorporar para que la sopa deje de ser el plato más aburrido de cada invierno.
Cremosa
Si logramos que la sopa sea cremosa sin ponerle crema, seguramente lograremos también mayor sensación de saciedad. Para ello, debemos pasar por la procesadora las verduras ya cocidas: calabaza, brócoli, entre otras, junto al calado. De esta manera, se alcanzará una consistencia deliciosa al paladar.
Ponerle fideos
Indudablemente, que el caldo tenga fideos flotando, para muchos, es lo mejor que nos puede pasar. La combinación de la pasta con la sal del caldo es espectacular en épocas de invierno o bajas temperaturas. Cabello de ángel y municiones son más recomendados.
Agregar queso rallado
Es una costumbre que no se ve en todas las mesas, no todos se animan a agregar queso a un caldo. Espolvorear con un poco de parmesano o reggianito rallado, sin dudas, será un guiño de sabor para el paladar. Y también un tip a tener en cuenta si hay chicos en la familia, a ellos les suele gustar mucho el queso y, por ende, se entusiasmarán con la idea de comer sopa.
Tostaditas en trozos
De nuevo en busca de algo sólido entre tanto líquido, agregar tostaditas que crujan al llevar la cuchara a la boca es una buena opción para que entre tanta verdura y caldo haya un descanso exquisito.
Animarse a condimentar
Además de poner sal y pimienta, está bueno utilizar hierbas aromáticas que resalten los sabores de los ingredientes que elegimos. Algunas opciones son laurel, tomillo, romero o perejil. Pero ojo con las cantidades, una pizca es suficiente.