Las papas fritas son ese alimento que adoran muchísimas personas y que suele estar presente en una gran cantidad de platillos como parte de su guarnición, como milanesas, hamburguesas, lomitos, entre otras.
A su vez, también se convierten en el snack perfecto para múltiples ocasiones, ya que su sabor las convierte en un alimento casi “adictivo” lleno de crocantez y de fácil consumo. Sin embargo, muy pocas personas conocen su origen, procedencia y el cómo hacerlas a la perfección, así que en Vía Gourmet hacemos un recorrido por todas estas respuestas.
Cuál es el origen de las papas fritas
El origen de este plato está en disputa entre Bélgica y Francia. En las calles de Bruselas es posible encontrar puestos de venta callejera que hacen honor a este alimento con un sabor inigualable, mientras que en Francia se habla sobre el método de cocción, ya que se fríen en dos momentos.
Sin embargo, según remarca la BBC, la tradición popular afirma que estas nacieron en la ciudad de Namur, en la Bélgica francófona, donde los lugareños eran especialmente aficionados al pescado frito, plato al que esta versión de papas suele acompañar, como es el caso de Reino Unido.
No obstante, papas fritas hay en casi todo el mundo, y ya sea en restaurantes/cadenas de comida rápida o elaborarlas en casa, solo requiere dos ingredientes presentes casi en cualquier hogar: papas y aceite para freír.
Cómo preparar papas fritas crujientes
El libro de cocina de Le Cordon Bleu, considerado uno de los manuales de cualquier buen cocinero que se precie, explica que las papas fritas se pueden cortar de diferentes formas para freír: desde las comunes cortadas en tiras hasta las gaufrettes.
“Pélelas y córtelas dándoles un tamaño y grosor uniformes. Sumérjalas en agua acidulada (un litro y 3 cucharadas de vinagre o limón) a medida que trabaja para evitar que se oxiden. De esta forma también desprenderán parte de su almidón, lo que ayudará a que queden bien crujientes. Escúrralas y séquelas bien antes de freírlas”, indica.
Para hacerlas según el método francés. Con este método las papas se fríen dos veces para conferirles un acabado más crujiente. Primero se fríen hasta ablandarlas y se dejan enfriar, y a continuación se fríen de nuevo a una temperatura más elevada.
Caliente el aceite a 160 grados, sumerja las papas y fríalas entre cinco y seis minutos; retírelas, escúrralas y déjelas enfriar. Después aumente la temperatura a 180 grados, sumerja de nuevo las papas y fríalas entre uno y dos minutos hasta que estén crujientes.
