Huis ten Bosch, es el palacio considerado por muchos como el verdadero hogar de la Familia Real de Países Bajos. A diferencia de otras casas reales, esta residencia oficial no teme mostrar su interior a los medios y brinda una experiencia única, demostrando ser una de las propiedades favoritas de la mismísima Máxima y su familia.
La reina Máxima y su familia vive en tres lugares diferentes: el Palacio Real Huis ten Bosch en La Haya, el Palacio Real Noordeinde en La Haya y el Palacio Real Huis ten Bosch en Amsterdam, siendo este último el lugar de los eventos oficiales.
Así es por dentro la propiedad de Máxima y la familia real de País Bajos
Ubicada en La Haya, Huis ten Bosch, cuyo nombre significa “La casa del Bosque”, se encuentra rodeada de exuberante vegetación, proporcionando privacidad a la familia real. La propiedad fue construida en el siglo XVII y ha experimentado varias renovaciones, siendo la más reciente hace apenas 3 años, cuando los reyes se mudaron. Sin embargo, estas reformas no estuvieron exentas de polémica, ya que superaron los 63 millones de euros.
El palacio se divide en dos partes: las áreas donde la familia lleva a cabo su vida cotidiana y las salas de exposición, como la Sala China (Witte Eetzaal), que conserva una decoración más clásica. El palacio Huis ten Bosch abrió sus puertas al público en 1990 después de haber sido restaurado. Los visitantes pueden caminar por los pasillos y habitaciones del palacio para admirar los hermosos detalles interiores, además de los inmensos y hermosos jardines del lugar, un plan imperdible si se está de paso por la zona.
La decoración de esta residencia es fascinante, rompiendo con los convencionalismos clásicos de este tipo de propiedades, como lo es por ejemplo, el palacio de Versalles. La pasión de la reina por la decoración se refleja en los muebles que combinan elementos vanguardistas con toques más tradicionales, pero sin duda muy elegantes.
Un dato interesante es que Huis ten Bosch albergó a Luis Bonaparte y, tras la coronación de Guillermo I en el siglo XIX, se convirtió en la residencia oficial del linaje real. Además, como era de esperar, esta casa cuenta con una extensa colección de obras de arte, destacando pintores holandeses del siglo XVII como Theodoor van Thulden, Jacob Jordaens y Caesar van Everdingen.
Además, en la propiedad de la Máxima y la familia real no faltan los majestuosos comedores destinados a recepciones y eventos oficiales. Desde los impresionantes apliques en los techos abovedados hasta las sutiles incrustaciones de oro en las paredes, cada detalle está cuidado con perfección.
El azul es uno de los colores predominantes en Huis ten Bosch y se presenta en pequeñas dosis en el despacho, donde destaca una lámpara de araña vanguardista que añade un toque de modernidad. Definitivamente, un lugar digno de un rey y una reina.