Marcelo Polino es uno de los periodistas de espectáculos más reconocidos de los medios de comunicación. Tiene una gran trayectoria y es muy temido por las figuras públicas ya que tiene todos los detalles de la vida de los famosos. Sin embargo, en cuanto a su intimidad se refiere, es reservado y no le gusta contar cómo es su vida.
Pero en alguna ocasión, mostró cómo es su enorme casa que tiene en uno de los barrios más prestigiosa de la Capital Federal.
Así es la casa de Marcelo Polino
Marcelo Polino reside en el prestigioso barrio de Recoleta, en Buenos Aires, donde disfruta de un extenso parque de aproximadamente 200 metros. Este espacio verde se ha convertido en su propio “jardín de paz”, un lugar tranquilo y relajante en medio de la bulliciosa ciudad.
“Mi casa es relinda. Tengo un parque muy grande que lo miro por la ventana, porque yo no salgo. Yo vivo en Recoleta y tengo un parque propio de 200 metros cuadrados (...) Riego a través de una computadora que se riegan solas las plantas”, confesó hace unos años.
Aunque posee un amplio y hermoso jardín, Marcelo Polino confesó que no suele pasar mucho tiempo al aire libre. En cambio, prefiere disfrutar de la comodidad de su hogar en compañía de sus dos gatas, quienes comparten su predilección por el interior y suelen descansar en su placard. Esta divertida anécdota refleja la afinidad de personalidades entre Marcelo y sus adorables compañeras felinas.
Durante el período de cuarentena, Marcelo Polino tuvo que prescindir de los servicios de su jardinero. Ante esta situación, decidió tomar el asunto en sus propias manos y se convirtió en un experto en el cuidado de su jardín. Realiza tareas como trasplantar plantas, cortar el césped y podar arbustos, demostrando su entusiasmo y dedicación por mantener su espacio verde en perfectas condiciones.
Además, en una charla con LAM, Polino dio más detalle sobre el gran tamaño de su casa en Recoleta: “Vivía en la planta baja y compré la planta baja contigua para tener dos espacios diferentes. Una de ellas la ocupaba mi mamá cuando venía, pero luego quedé huérfano. Así que empecé a derribar paredes y ahora tengo dos casas de dos colores, y estoy uniendo todo”.