Hace diez años, un 14 de marzo, falleció el diseñador de modas Jorge Ibáñez. Si bien llevaba una vida saludable y metódica, su corazón se detuvo. Lo encontraron en su casa una empleada de su atelier, el encargado de su edificio y una compañera a las once y media de la mañana con ropa de gimnasio. Se estima que se quedó dormido mientras esperaba a su entrenador personal para realizar su entrenamiento diario.
Una de sus más queridas amigas del ambiente es Flor de la V y en su cuenta de Instagram, con casi un millón y medio de seguidores, aprovechó la oportunidad para recordar y homenajear a su entrañable amigo.
“Ya pasaron 10 años de tu partida. Para los que no te conocieron les cuento que Jorge era la vida, fue una persona en estado de primavera permanente. Jamás conocí a alguien a quien le resultara tan propia la felicidad o la tristeza ajenas”, escribió la conductora.
Y siguió: “Es que para él nada era ajeno…te tomaba de las manos, te decía ‘contame’ y, como sólo saben hacer los elegidos, se iba mimetizando con tus historias como si fueran propias; entonces mágicamente te hacía sentir que tu alegría se amplificaba o tu dolor se reducía”.
Relación entrañable entre Flor de la V y Jorge Ibáñez
La conductora de Intrusos (América) destacó la humildad de Ibáñez y rememoró las épocas en las que iniciaban, a la par sus carreras. “Aún en su reconocido e inigualable talento como creador se le notaba ese amor por el otro. Porque él no sentía el orgullo egocéntrico de ver reconocidos sus vestidos; él sentía la satisfacción plena de haber ayudado a que alguien se sintiera más bella, más plena, en total armonía consigo”.
Para concluir, Flor reconoció que la muerte de su amigo la tomó totalmente por sorpresa. “Ahora quiero hablarte a vos, Jorge. Quiero que estas palabras vuelen y surquen los cielos para llegar a esos oídos que tantas veces con tanto amor me escucharon. No me queda la sensación de no haberte dicho lo mucho que te amaba; todos te amábamos y te lo decíamos, Pablo, mis hijos, pero es inevitable sentir que la muerte me arrancó una parte de mí, que tu ausencia es ahora una presencia permanente, necesaria”.