En la más reciente emisión de Los 8 escalones, Pampita leyó una pregunta que sirvió como disparador para que Marcelo Polino relatara una impactante experiencia paranormal que vivió el día en que falleció su madre.

La experiencia paranormal que vivió Marcelo Polino
“Según una encuesta del Pew Research Center realizada en 2023, ¿qué porcentaje de estadounidenses afirmó que se ha encontrado personalmente con un espíritu o una fuerza espiritual invisible?”, preguntó la conductora.
Acto seguido, añadió: “¿Alguien se encontró con alguno acá?”, a lo que Guillermo, otro participante, respondió que sí y luego compartió detalles de su experiencia.
El joven explicó que la figura lo acompaña a todos lados, incluso después de mudarse varias veces, y que aunque antes le generaba miedo, con el tiempo se fue acostumbrando a esa presencia. “Dicen que me sigue para todos lados, mide casi 2 metros. Supuestamente, mi mamá dice que es mi tío, yo no lo sé, pero yo solo lo veo y es una sombra”, relató el participante. Luego agregó que la situación se volvió particularmente inquietante durante una salida de pesca, cuando, al buscar leña en la oscuridad de una isla, el miedo lo llevó a regresar corriendo a la casa.
Luego, el jurado de Los 8 escalones compartió un episodio que marcó profundamente su vida y lo relató de la siguiente manera: “No tuve una presencia, pero sí tuve un hecho paranormal muy significativo. Mi mamá cuidaba el parque de mi casa, falleció, había plantado un jazmín, no era la época de jazmines y el día del fallecimiento de mi mamá se abrió por única vez la flor, después se marchitó y nunca más volvió a florecer”, contó el periodista.

El hecho paranormal que relató Polino no implicó una aparición física, sino un fenómeno inesperado y simbólico que lo conectó con su madre en el momento de su partida. La flor del jazmín, floreciendo fuera de temporada y marchitándose luego, se convirtió para él en una señal de despedida y en un recuerdo imborrable. Este episodio dejó en claro cómo ciertos acontecimientos pueden trascender lo cotidiano y permanecer como un vínculo emocional y espiritual con quienes hemos perdido.