Muchos jóvenes adultos trabajan en franquicias de comidas rápidas y una vez que renuncian o los despiden comparten detalles en las redes sociales sobre su paso en la empresa o las diferentes experiencias que les tocó experimentar como empleados.
En esta oportunidad, Adriana, una mujer que trabajó en McDonalds contó a través de su cuenta en Tik Tok que solía hacer caso omiso a algunas de las políticas de la empresa con el objetivo de beneficiar a los clientes cuando tenía la oportunidad de hacerlo.
Las técnicas que usaba Adriana en la empresa para beneficiar a los clientes
De esta manera, Adriana confesó que cuando la contrataron para trabajar en la franquicia de comidas rápidas le remarcaron que no rellenar el cono de helado era una de las políticas de la empresa y que, cualquier otra forma de entregarlo al cliente, estaba por fuera de lo permitido.
Sin embargo, ella aseguró que no acataba dicha orden. “Cuando armas el cono de helado, la idea es que dejes el cono vacío, básicamente y llenes a partir del borde”, detalló para luego explayarse al respecto: “Tiene como una técnica. Tardas en aprenderlo porque tenes que practicar bastante pero la idea siempre es dejarlo vacío y yo lo que hacía era llenarlo igual”.
“Primero que te da como la base para que quede bien, era más fácil y le daba más helado a la gente y eso va contra la política de la empresa”, confesó Adriana. “Ahora vienen rellenos y le ponen un montón de cosas pero antes era dulce de leche, vainilla o combinado y generalmente cuando lo llenaba, lo llenaba todo”, sumó.
“La idea es sino, arrancar por el borde para que quede perfecto…perfecto y vacío porque estaba vacío. Cuando me entrenaron para hacer el cono lo sentí como una estafa”, remarcó segundos más tarde.
Por otro lado, la ex empleada de la franquicia de comidas rápidas también contó que solía regalarle hamburguesas a los clientes. “En ese entonces se usaba otro sistema, la cocina hacía una producción de más en horas pico como hamburguesas con queso, cuarto de libra y las Big Macs. las más vendidas, hacían mucha cantidad sin que nadie las pida”, explicó Adriana.
“Y se dejaban en producción que era como una caja gigante de calor que la mantenía unos 15 minutos, por lo menos. Entonces, si la gente pedía el combo, iba y lo armaba. Estaba bueno porque ahorrabamos tiempo. Pero a veces, las hamburguesas quedaban ahí y no se vendían. y se terminaban tirando porque no estaban óptimas”, profundizó sobre el motivo por el que solía regalarlas a los clientes.
