Tito Speranza comenzó su carrera como custodio de Ricardo Fort. Su seriedad fue lo que le llamó la atención a Marcelo Tinelli cuando custodiaba al “Comandante” en Showmatch y lo que le ganó un lugar en el Bailando 2011.
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En el certamen ya no necesitaba de Fort para avanzar. Se ganó el cariño del público con su divertido personaje y así logró llegar a la final. A pesar de que no pudo vencer a Noelia Pompa y Hernán Piquín, ese mismo verano participó de la obra Despedida de Soltero en Villa Carlos Paz con Peter Alfonso, Paula Chaves y Nazarena Vélez.
Pasaron casi diez años de aquel momento y Héctor lo recuerda como una de las mejores etapas de su vida. En diálogo con TN Show contó: “En la TV me veían serio por el tipo de trabajo que estaba haciendo. No estaba jugando, no era un show. Además me daban vergüenza las cámaras. La propuesta del Bailando surgió después de irme de la custodia de Fort”
“En enero de 2011 me crucé a Fede Hoppe en Mar del Plata y me dijo que iban a llamarme. Me insistieron hasta que accedí. Varias veces me pregunté por qué seguía ligado a los medios si yo no me había preparado para eso. Me lo tomé como un laburo, un desafío personal”, agregó.
“La frutilla del postre fue que podía ayudar a alguien. En ese caso fue un club de básquet de Misiones que necesitaba techar una cancha. No me arrepiento, volvería a hacerlo, pero no es que me estoy postulando. Si llega la propuesta, me sentaría a analizarla”, sostuvo.
Antes y después de Fort
Speranza conoció al dueño de la famosa empresa de chocolates a través de su esposa Marcela Villagra, que estaba en su círculo íntimo hace años. “Yo ya había trabajado en eventos con cantantes y casamientos, todo en la parte de seguridad. Un día había que reemplazar a uno de los chicos de la custodia y me llamaron. Quedé fijo porque los jefes decían que yo entendía cómo había que manejarse. Al final un favor terminó siendo un trabajo formal”, contó.
Sin embargo, todo comenzó mucha antes de cruzarse con el mediático. Amaba el deporte, especialmente el básquet, y se la rebuscaba para repartir filtros en una distribuidora. Además, trabajó en una empresa de Estados Unidos y daba clases de gimnasia.
Años más tarde lo llamaron para participar de Combate y empezó a estudiar periodismo deportivo, y consiguió su título en diciembre de 2020. Durante la cuarentena también comenzó a dar clases de gimnasia por videollamada, y de a poco fue volviendo a las presenciales.
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Los sábados trabaja como columnista en un programa de Radio Continental. Y es que luego de crecer amando la actividad física, hoy puede dedicarse a lo que le gusta. “Empecé a estudiar porque quería sumarle algo a mi vida que esté relacionado con el deporte. Además pretendía sacarme la timidez y aprender cómo era la ‘cocina’ y hacer un programa desde cero”, comentó.
“Fue algo tremendamente positivo, me abrió mucho la cabeza. Me hice amigo de mis compañeros pese a la diferencia de edad. Lo que no me gustaba era que los profesores me pusieran de ejemplo, no soy ejemplo de nada. Soy una persona más que decidió estudiar a los 40 y pico”, añadió.
Tito tiene 48 años y por fin encontró su pasión. Tiene muchos proyectos por delante pero elige ir de a poco, para no toparse con obstáculos como el coronavirus.