En las últimas semanas el numeral #FreeBritney se ha hecho tendencia en las redes sociales. El movimiento nació como un esfuerzo por liberar al icono pop de una custodia legal y permitirle ser la única que toma decisiones sobre su vida y especialmente sobre sus finanzas.
La tutela fue implementada en 2008 por el padre de la cantante, Jamie Spears, quien ha tenido el control de ella desde entonces, alegando que ella "no se encuentra bien de sus facultades mentales" debido a la presión que vivió desde niña en el mundo del entretenimiento.
Así, pese a ganar cientos de millones de dólares durante los últimos años y tener 38 años de edad, la cantante "no puede hacer" ciertas cosas sin permiso paterno, desde conducir un auto, ir a dar un paseo sola, votar, casarse, tener hijos, gastar su propio dinero, saber en qué se gasta su propio dinero, ver a sus hijos, controlar su carrera, hablar sobre su tutela en público y muchísimas otras cosas más.
Básicamente el arreglo establece que tiene que pedirle autorización a su padre para hacer lo más mínimo. El arreglo siempre ha sido polémico entre los fans de Spears, quienes creen que se está utilizando para manipularla y controlarla. Spears vale al menos 59 millones de dólares, según los documentos judiciales presentados en 2018 y todo es administrado únicamente por su padre.
El caso relacionado con la ex "princesita del pop" no es algo nuevo, hasta celebridades como Miley Cyrus y Chiara Ferragni han expresado su preocupación por la intérprete. El próximo 22 de julio Britney acudirá ante el juez para revisar la medida que ya cumple 12 años.
Los fans y seguidores de este movimiento encuentran ilógico que la cantante "sea incapaz de tomar decisiones" o "vivir independientemente", pero que consideren que sí puede trabajar. Desde el arreglo legal, Britney lanzó cuatro discos, ha hecho tres tours mundiales, actuó en Las Vegas durante cuatro años, lanzó colecciones de perfumes y lencería, y hasta fue juez en "The X Factor" pero no ha podido ver nada de dinero de esas ganancias.