Netflix cerró abril con una de las producciones más ambiciosas en Argentina. Se trata de “El Eternauta”, la primera adaptación de la novela gráfica de Héctor Oesterheld protagonizada por Ricardo Darín, César Troncoso y Marelo Subiotto.
“Esta adaptación busca serle fiel a ese niño lector que se asomó a la historia por primera vez y recuperar aquella emoción genuina de vivir una aventura en la esquina de tu barrio, a partir de la construcción de ese gran héroe argentino que es Juan Salvo”“, anunció el director de la serie, Bruno Stagnaro.
El Eternauta promete ser un nuevo hit en la industria de la ciencia ficción. Es por ello que cada detalle fue estudiado meticulosamente por la producción. Un ejemplo de esto es la forma en cómo se constituyó el icónico casco de Juan Salvo para sobrevivir en la intemperie.
Así se construyó el caso de El Eternauta
De acuerdo con Netflix, las primeras versiones del guion presentaban a Juan Salvo utilizando un souvenir de Chernóbil que el personaje de César Troncoso tenía en su casa para enfrentar a la nieve tóxica. Este tipo de caso terminó siendo descartado posteriormente, tras darse cuenta de que afectaba la mirada del protagonista.

“Empezamos a investigar las máscaras de Chernóbil y nos encontramos con que eran máscaras de trompudo, con los ojos separados. No servían, porque la mirada de Juan Salvo era importantísima. A su vez, esa máscara asustaba, no generaba empatía con el personaje”, reconoció la Directora de Vestuario.
En la tira gráfica, Juan Salvo utiliza una máscara de estilo buceo, un modelo demasiado plano para la cámara. Para reemplazarlo, utilizaron un visor entero con tornillos oxidados y un micrófono incorporado para que los personajes pudiesen hablar con las máscaras puestas.

“Por eso empezamos a diseñar un visor entero, con alguna curva y un marco con tornillos oxidados que dieran cuenta de algo viejo que Favalli podría tener en su casa. La idea de una máscara más industrial remite, además, a algo urbano (...) Todos nos fuimos adaptando, siempre con buena predisposición y búsqueda de verdad”, aseguró.
Finalmente, en el rodaje se utilizaron alrededor de 500 máscaras entre todos los personajes. Un elemento de suma importancia para una historia de ciencia ficción que no pasará desapercibida en el público argentino.