La nueva serie de suspenso de Netflix, Incontrolables (Wayward en inglés), se convirtió en un fenómeno por su mezcla de misterio, adolescentes en peligro y un inquietante trasfondo sectario.
La serie ha sido un éxito a nivel global, incluyendo Argentina. La plataforma Trends de Google revela que, en los últimos días, las búsquedas sobre la serie o Mae Martin (actor que hace de Alex Dempsey en la serie) se han disparado, convirtiéndose en verdaderas tendencias.
Pero, ¿qué secretos hay detrás del nuevo hit de la plataforma de streaming?
El oscuro negocio de “reformar” adolescentes
Lo que hace a Incontrolables más perturbadora es que, aunque no está basada en un caso puntual, sí se inspira en hechos reales: los abusos de la llamada “Troubled Teen Industry”, un sistema de instituciones privadas en Estados Unidos que prometía reformar a jóvenes “problemáticos” y terminó siendo denunciado por prácticas violentas y traumáticas.
En la ficción, un grupo de chicos es secuestrado y llevado a Tall Pines, un pueblo en el que funciona una escuela que asegura poder “rehabilitarlos” bajo el mando de Evelyn (Toni Collette).
El procedimiento parece extremo, pero no está tan lejos de lo que sucedía en la vida real: muchos adolescentes eran sacados de sus casas en la madrugada, esposados y trasladados a instituciones donde debían seguir reglas estrictas para poder “graduarse” y regresar con sus familias.
La experiencia de Paris Hilton, quien denunció los abusos que sufrió en uno de estos centros en el documental The Program: Cons, Cults and Kidnapping, o el caso de Ruby Franke, la “mamá influencer” acusada de maltrato infantil, expusieron la magnitud de un negocio que operó durante décadas con denuncias de golpes, privación de sueño, hambre, humillaciones e incluso abusos sexuales.
El final explicado: Evelyn y la sucesión del poder
El último capítulo de Incontrolables dejó a los espectadores con más preguntas que respuestas. Evelyn muere tras una sobredosis, pero su figura permanece como símbolo del control psicológico ejercido en Tall Pines.
Su misteriosa “puerta verde” funciona como metáfora del trauma: un límite que cada personaje cruza enfrentando sus propios demonios, a veces para liberarse y otras para hundirse más.

Tras su caída, Laura Redman emerge como la sucesora natural, con un liderazgo más calculador y un bebé que representa esperanza para un pueblo sin hijos. Su ascenso deja abierta la posibilidad de una segunda temporada donde la dinámica de poder cambie de manos, pero no de esencia.
Lo que hace que Incontrolables de Netflix impacte tanto es su cruce de géneros: funciona como thriller psicológico, pero también como espejo de una realidad que dejó cicatrices profundas en miles de jóvenes.