El escandaloso motivo que sepultó la carrera de uno de los protagonistas de Seinfeld

Un escándalo que dejó a esta celebridad por fuera de los flashes y el mundo hollywoodense.

El escandaloso motivo que sepultó la carrera de uno de los protagonistas de Seinfeld
Seinfeld

Más de 33 años pasaron desde el estreno de Seinfeld, uno de los shows de comedia más importantes que, sin saberlo, marcaría a generaciones junto a Friends, The Nanny, ALF, The office, Malcom in the middle y muchas más.

Las denominadas comedias de situación o sitcoms, son de los preferidos por millones a la hora de elegir pasar el rato tanto en soledad como en compañía, siendo sus historias dinámicas, episodios de no más de 20 minutos y personajes memorables la clave de su éxito.

Seinfeld
Seinfeld

Si de Seinfeld hablamos, “un show sobre nada”, tenemos que hablar de su elenco estelar, conformado por Jerry Seinfeld, Julia Louis-Dreyfus, Larry David y Michael Richards.

Jerry, Elaine, George y Kramer han sabido marcar nuestros corazones con sus reacciones y decisiones políticamente incorrectas, humor un tanto negro, y, sobre todo, personalidades que por tan humanas terminan siendo tragicómicas y exhuberantes.

¿Qué fue de la vida de Michael Richards?

Luego del éxito de Seinfeld, las carreras de sus protagonistas siguieron con altos y bajos, a excepción de Michael Richards (Kramer) quien se vio obligado a alejarse de los flashes y el universo hollywoodense tras protagonizar un escándalo.

Tras el final de Seinfeld, Richards apostó por El Show de Michael Richards, un programa de televisión que fracasó al nivel de ser cancelado. Fue de esta forma que, el actor y comediante decidió probar suerte con el stand-up, sin saber que ello lo llevaría a sepultar su carrera.

Michael Richards
Michael Richards

Durante uno de sus shows, Richards arrojó comentarios racistas y xenófobos hacia parte del público que se encontraba haciendo ruidos molestos: “Mira a los estúpidos mexicanos y negros que son ruidosos allá arriba” exclamó desde el escenario enfurecido, sentenciado así su carrera.

A la escandalosa frase se le sumó una catarata de insultos del mismo estilo y exclamaciones de supremacía blanca, que en el público generó tanto risas como horror.