La serie Cromañón llegó el viernes pasado a Amazon Prime Video, y desde entonces despertó una mezcla de emociones en los sobrevivientes y familiares de las víctimas del incendio que marcó una de las mayores tragedias de Argentina.
La producción, basada en hechos reales pero narrada desde una historia de ficción, revive el horror vivido en el boliche República de Cromañón en 2004, donde 194 jóvenes perdieron la vida durante un recital de Callejeros. Este lanzamiento, lejos de ser recibido como un homenaje, despertó fuertes críticas y un repudio claro de quienes aún llevan las marcas de esa noche.
La organización No Nos Cuenten Cromañón, integrada por sobrevivientes y familiares, expresó su posición en un comunicado que publicaron en redes sociales. En el mensaje, remarcaron que si bien consideran positivo que la tragedia sea conocida por las nuevas generaciones, rechazan “que se genere un rédito económico” a partir de una historia que sigue siendo dolorosa para tantas personas.
La fuerte carta de las víctimas de Cromañón tras el estreno de la serie
La sinopsis de la serie describe cómo una joven, Malena, de 22 años, enfrenta su propio duelo y culpa tras haber sobrevivido al incendio en Cromañón. Pero para los sobrevivientes, ver su tragedia convertida en una historia de ficción con fines comerciales resulta una falta de respeto.
“Repudiamos que se genere un rédito económico con algo que hoy en día todavía nos duele a todos”, sostiene el comunicado de No Nos Cuenten Cromañón. Argumentaron además que esta “banalización de la tragedia” reabre heridas que muchos aún intentan sanar.
La organización también anunció la disponibilidad de su programa de asistencia en salud mental para quienes necesiten apoyo. “Por esa razón ponemos a disposición nuestro programa de asistencia en salud mental, dirigido a sobrevivientes y familiares”, añadieron.
En lugar de la serie, los miembros de No Nos Cuenten Cromañón sugieren como alternativa la lectura del libro Voces, Tiempo, Verdad, una obra que recoge los testimonios de los sobrevivientes y busca preservar la memoria sin fines comerciales.
“Lo recaudado se utiliza íntegramente para el bienestar de los y las sobrevivientes”, explicaron, y concluyeron con un mensaje contundente: “Nuestra vida no es una película. Es la vida real. Estamos acá para decir una vez más ‘No nos cuenten Cromañón’”.