En la mañana del jueves la Academia Sueca anunció a los dos ganadores del premio Nobel de Literatura: la escritora polaca Olga Tokarczuk, premiada por 2018, cuando el premio no entregó por las denuncias a Jean-Claude Arnault de acoso y violación a 18 mujeres; y el austríaco Peter Handke, ganador 2019.
La autora polaca fue premiada por "su imaginación narrativa, que con pasión enciclopédica representa el ir más allá de las fronteras como forma de vida".
Su obra es, según la Academia un "excelente ejemplo de la nueva literatura polaca después de 1989". Con este reconocimiento, Tokarczuk se convierte así en la decimoquinta mujer, en más de un siglo, en ganar el Nobel de Literatura.
Pero, además de este reconocimiento, la novelista, poeta, ensayista, guionista y psicóloga se encuentra entre los escritores polacos más traducidos y tiene una historia de vida de superación personal que no esconde, sino que la usa para empoderar a sus seguidores.
A sus 57 años, Tokarczuk es una referente feminista, ecologista y una militante por los derechos de las minorías. Estudió psicología en la Universidad de Varsovia y, cuando se recibió, viajó a probar suerte a Londres, donde comenzó trabajando en un hotel como mucama.
Ya de vuelta en Polonia, se desempeñó como psicoterapeuta en un centro de salud mental de Breslavia. Cuando sus primeras obras literarias comenzaron a ganar popularidad, Tokarczuk renunció a su trabajo para dedicarse full time a su pasión: la escritura.
Hizo su debut en la literatura en 1993, con la novela de ficción "El viaje de los hombres del Libro", aunque la fama llegó con su tercera novela "Un Lugar Llamado Antaño".
Sin embargo, comenzó publicando mucho antes, en 1979 escribía sus primeros relatos en la revista "Przelaj", bajo el seudónimo de Natasza Borodin.
Lo destacable es que jamás ocultó sus orígenes. En 2018, usó los aros que se ponía cuando trabajaba como empleada doméstica para recibir el Premio Booker en Londres a la mejor novela traducida al inglés por "Los corredores" y compartió la anécdota durante su discurso.
Hasta el momento, Tokarczuk lleva publicados 17 libros, entre novelas, colecciones de cuentos, ensayos y guiones cinematográficos. Y es una de las escritoras polacas contemporáneas más premiadas. Ha ganado reconocimientos como el Premio de la Fundación Koscielski, en 2007 y 2015; el Premio Literario Nike, en 2008, y, en 2018, el Premio Internacional Booker.
A través de sus textos, la autora polaca refleja sus ideales, genera polémicas y gana adeptos que no solo la admiran por su prosa, sino por su militancia. Por ejemplo, en "Ara a través de los huesos de los difuntos", habla sobre el maltrato animal.
Tokarczuk aprovecha cada entrevista para hablar sobre los refugiados, reclamarle al gobierno de su país la igualdad de derechos de los homosexuales y manifestar las problemáticas que viven las mujeres en el mundo, como referente feminista.
Además, participa en la organización del Festiwal Opowiadania (un festival de relatos), da clases de escritura creativa en la Universidad de Opole y desde 2004 es miembro del partido Los Verdes.
Actualmente, la escritora vive en Krajanów, en las montañas del Sudoeste de Polonia, y trabaja en una obra inspirada en sus orígenes familiares.
"Escribir novelas es como contarse cuentos uno mismo en la madurez, como hacen los niños antes de dormir, que utilizan el lenguaje que se encuentra en la frontera entre el sueño y la conciencia, describiendo y creando", dijo la autora en uno de sus discursos.